Ya estamos todos

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Cuando escribo esto, apenas faltan unas horas para que el mercado de invierno (¿se sigue diciendo la tontería esa de “la ventana de invierno”?) se cierre para el Sevilla Fútbol Club y demás familia. Así que, salvo sorpresa de última hora (no sé si Monchi ya ha abandonado el aeropuerto o sigue allí cual Penélope de Serrat esperando a que llegue otro avión y meneando el abanico), parece que podemos afirmar que ya estamos todos, y que esto es lo que hay y con lo que contamos para enderezar la situación que 2022 nos dejó de regalito cuando se marchó con más penas que glorias deportivas.

Ya en 2019, concretamente el 4 de diciembre, escribí aquí mismo maravillas de un tal Bryan Gil, un despeinado chaval que recorría la banda izquierda como si del salón de su casa se tratara y que, internada tras internada, enseñaba al defensor rival lo que valía un peine. Tres años más tarde, no puedo estar más contento de que este remedo de Beatle de Barbate vuelva a las filas del Sevilla Fútbol Club.

Lo mismo me ocurre con Ocampos, quien, por el mero hecho de aparecer en una alineación, como titular o como recambio a mitad de un partido, estoy convencido de que provoca una automática sonrisa de confianza en el buen aficionado.

Badé, por su parte, ya ha venido dando señales de que puede ser un refuerzo importante para el equipo (al menos, eso es lo que oigo decir a los que entienden mientras dan cuenta de sus consumiciones acodados en la barra del bar de la Peña) y, en lo que se refiere a Pape Gueye, más allá de las sanciones que sobrevuelan su futuro más próximo, espero que se diferencie de Papu en algo más que en la terminación de su nombre y que los “gueye” tiren de la carreta nervionense hasta esa aldea del Rocío que es el final de Liga y la puerta de entrada a la Europa League.

Pero no quedan ahí los refuerzos de nuestro querido Sevilla Fútbol Club. A lo largo del mes de enero, y esto ya no es mérito de Monchi (¿o sí?) sino de Sampaoli, hemos podido celebrar el fichaje para el primer equipo de jugadores de primera línea como Suso, Acuña y En-Nesyri, tres nombres (podríamos dar otros) que han decidido renovar su compromiso con el club y ya están volviendo a ofrecer la imagen, el rendimiento y los resultados que siempre se ha esperado de ellos.

Si no fuera porque sé que me iban a hacer la rima fácil, que ya nos vamos conociendo, habría titulado este artículo como “El club de los veinticinco”, que es el número de jugadores con los que se cierra la plantilla del Sevilla Fútbol Club este año y con lo que contamos para volver a ser lo que fuimos (sevillistas, levantaos)

Ya estamos todos. Sólo queda mejorar. Sólo queda remar, ahora mismo a contracorriente, que es más duro pero no imposible. Sólo queda luchar y confiar. En la grada se viene haciendo sin descanso desde el pasado mes de agosto, cuando comenzó la competición. Ya sólo falta que en el césped los jugadores del Sevilla Fútbol Club, los veinticinco, respondan como se merece la afición. ¡Vamos, Sevilla!

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