El pasado domingo, fue inevitable, tuvo lugar la inauguración del Mundial de Catar. Sintiéndolo mucho, no pude verla. A esas horas, las cuatro de la tarde, había infinidad de cosas mejores que hacer que ver la ceremonia en televisión, como echar una siesta, dar una cabezadita, recostarse en el sofá y reposar la comida con los ojos cerrados, etc…
Cuentan las crónicas que más que de un Mundial parecía la inauguración de unos Juegos Olímpicos. Pero las imágenes que acompañaban a dichas crónicas no parecen decir lo mismo.
Para empezar, en vez de a Cobi (mascota de Barcelona ’92) resucitaron a Naranjito (mascota del Mundial ’82) Que ya hay que tener mala leche… No tienen bastante en ese país con maltratar a las mujeres, a los homosexuales y a los borrachos que les tienen que restregar por su prime time la figura de una naranja en pantalón corto…
Otra imagen mostraba a una mujer cantando con el rostro completamente tapado. ¿Sería Shakira de incógnito dispuesta a cobrar el millón de dólares que le ofrecieron y escondiéndose para no tener que repartirlo con Piqué? ¿O era una cantante nacional que tan mal lo hizo que hubo que esconder su rostro para que no sufriera posteriores represalias? ¿O será que en Catar las mujeres tienen voz pero no botox y fue ella misma quien, presumida, prefirió ocultar sus arrugas? ¿O no será que para ellas el país no se llama Catar sino Acatar?…
Avanzando en la galería de fotos, me llamó mucho la atención otra en la que aparecía un fulano clavadito a Nelson Mandela al lado de otro clavadito al hombre que crece en un bancal de la película “Amanece que no es poco”… Puedo perfectamente imaginarme el diálogo entre ambos:
Mandela: La mayor gloria no es no caer nunca, sino levantarse siempre…
Hombre en el bancal: Muy gracioso. Pos yo m **** en tós tus muertos.
Mandela: Nunca debería ocurrir que esta tierra hermosa experimente la opresión de una persona por otra…
Hombre en el bancal: ¿Pero tú sabes dónde estás, alma de cántaro?…
Mandela: La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo
Hombre en el bancal: ¡Que alguien detenga a este hombre, ha bebido alcohol!
Continúan contando las crónicas que la ceremonia contó con otros momentos estelares, aunque a mí no se me ocurre ninguno mejor que el que tuvo lugar durante el transcurso del partido inaugural entre la selección anfitriona y la de Ecuador, con toda la grada amarilla cantando “¡Queremos cerveza!”. Hay cánticos, no cabe duda, que unen aficiones. Yo ya soy de los que quiere que Ecuador gane el Mundial. O los Juegos Olímpicos. O lo que sea que se esté celebrando ahora allá. Mientras tanto, y tras el descanso, con su equipo ya perdiendo en el marcador, la afición catarí que te vi abandonaba las gradas dejando el estadio medio vacío. Cómo se nota que allí hay desierto y también construyen estadios al final de la palmera…
Y llegamos a este ansiado miércoles en el que debuta nuestra selección. La Roja. Nuestros colores, dicen (¿?). Plagada de jugadores emblemáticos de los que, estoy convencido, nos aprenderemos sus nombres en menos de tres años. Entrenados por un aprendiz de streamer (no confundir con streapper), dirigidos por el calvo de la Lotería (reparte millones, aunque siempre les toquen a los mismos) y representados en el palco por el Preparado Hijo del Emérito, que estará en su salsa entre tanto emir y jeque honrado y de intachable hoja de servicio.
Yo, por supuesto, y sintiéndolo mucho por los que animan al boicot, estaré como un clavo hoy a las cinco en punto de la tarde deseando que empiece el espectáculo. Con mis palomitas. Con mi bebida. Delante de la pantalla. Delante de la gran pantalla. La de una sala de los cines Nervión Plaza. Justo en la que se proyecta el documental de Fernando León de Aranoa sobre Joaquín Sabina y que lleva por título, efectivamente, “Sintiéndolo mucho”.