¡¡Rugía el Sánchez Pijuán!! Oía decir en mi infancia al malogrado y fascinante Manuel Alonso Vicedo en Radio Sevilla en las crónicas de la tarde-noche de los domingos después del partido. El jueves rugirá otra vez el Sánchez-Pijuán ante un Maiuu, así le dicen los cursis al equipo de Manchester que no entrena Guardiola. Mendilibar sigue con la navaja de Ockham entre los dientes y se volvió a ganar con solvencia en Mestalla. Parsimonia. De nuevo un equipo del sur más profundo, entrenado por un vasco del norte no menos profundo, se asoma a las puertas de la gloria. La bestia europea está suelta. A ver quién la para…
El Maiuu es, según la revista Forbes, especializada en censar a los ricos, la segunda entidad más potente económicamente del mundo, superado solo por los Celtics de Boston. La superioridad es brutal. Las casas de apuestas lo tienen claro, pero yo sostengo en mi particular cálculo bayesiano que el Sevilla FC es favorito si llega vivo al último cuarto de hora. ¿Qué significa llegar vivo? No ir perdiendo por más de dos goles de diferencia. En aquel partido de la primera vuelta en el que el peor Sevilla casi le gana al mejor Betis, ya lo traté de explicar: hay partidos que los gana el escudo y la camiseta.
El Sevilla FC en Europa es otro en este siglo XXI. Libre de las tutelas nacionales que la mafia del Real Madrid y del Barça imponen. Este club, cuando y donde nadie lo esperaba, ha forjado una leyenda que infunde pánico en los rivales. Hay determinadas señales que activan un ritual que conduce fatalmente a la victoria: el gol de Puertas con el que comenzó todo, el remate de Palop en Ucrania, las paradas de Beto en la final de la Palmera, el disparo de Coke en Basilea, la chilena de Diego Carlos en Colonia. Quizás, ojalá, esos dos goles en propia puerta en Old Trafford el pasado jueves… En todos esos momentos señales, el Sevilla estaba tocado, hundido y resucitó con una fuerza imparable que siembra el pavor y temblor a lo Kierkegaard entre los rivales.
El ritual, el lenguaje no verbal del equipo, es la clave. Ahora ya sabemos por estudios empíricos que es el ritual no verbal, y no el engaño lingüístico, lo que alivia y cura en el efecto placebo. El jueves hay que repetir el ritual europeo en otra noche de ensueño en Nervión: mirada activa y posesa, ritmo cardíaco de infarto, sudor frío y abundante, piel lívida… y la navaja de Ockham entre los dientes. Temor y temblor en Nervión a las 21 horas. Jueves, 20 de abril de 2023. ¡¡Vamos!!