En el RCD Espanyol las noticias hace tiempo que dejaron de ser buenas. Después de descender la pasada temporada de primera división, los pericos buscaban un ascenso rápido de nuevo a la máxima categoría. Sin embargo, se están encontrando con más dificultades de las que pensaban. La mala gestión del dueño Chen Yanseng, contra el que se protesta en cada partida, está haciendo que el Espanyol no sea el máximo favorito para convertirse en uno de los tres equipos que jugarán LaLiga EA Sports el próximo año.
Un verano convulso
La temporada comenzó con Luis García en el banquillo. El mito del RCD Espanyol cogió las riendas a finales de la 22/23, pero las noticias no fueron positivas. El equipo descendió a LaLiga Hypermotion. Sin embargo, la directiva confió en el ex delantero perico para volver rápidamente a primera. No obstante, el mercado de fichajes dio un golpe de realidad al RCD Espanyol con malas noticias. Se marcharon jugadores clave como César Montes al Almería, y Sergi Darder al Mallorca, para seguir jugando en primera. Y sus ventas no fueron reemplazadas. Hasta el punto que el Espanyol solo hizo cuatro incorporaciones en verano, gastando apenas tres millones de euros.
Otro de los culebrones del verano fue Martin Braithwaite. El delantero danés intentó por todos los medios salir del club. Incluso llegó a ausentarse de los entrenamientos. Sin embargo, en este caso las noticias sí fueron buenas para el RCD Espanyol. El delantero pidió perdón, se quedó en el equipo, y ahora es el máximo goleador de LaLiga Hypermotion. Pero eso no ha impedido que Luis García fuera cesado tras un empate en Huesca. Luis Miguel Ramis cogió las riendas del equipo. Tras dos victorias en sus tres partidos de liga, los pericos solo han vencido en dos de sus últimos nueve encuentros.
Golpe de realidad
Tras el jarro de agua fría que fue la derrota ante el Racing de Santander, los aficionados del RCD Espanyol recibieron peores noticias. En la rueda de prensa posterior al encuentro, Ramis dijo: “Intentaremos subir, si no jugaremos un playoff y si no, no habremos hecho un buen trabajo y nos iremos decepcionados”. Estas declaraciones no han gustado en la marea perica, que ya pide el cese del técnico oriundo de Tarragona. Pero la última palabra la tiene Chen, que se encuentra en su China natal, y es quien toma todas las decisiones.
