back to top

Síguenos en RR.SS.

Últimas noticias

Matemáticas, religión y futbol

Que Sergio Ramos y un árbitro italiano sean los delanteros más peligrosos para el Sevilla Fútbol Club, da mucha rabia, pero es una buena noticia. Porque no todos los árbitros van a ser como el italiano, ni todos los despejes van a terminar en autogol. Lo importante es la tendencia. Dos partidos muy serios, mejora evidente, encaje de piezas, solidez defensiva y hambre de gol arriba. No se trata de una simple racha de aciertos ni de suerte. Al final, la historia de un club es una línea tendencial hacia arriba o hacia abajo. Si el Real Madrid es el mejor club del mundo, que lo es aunque lo odie, es por esa dichosa línea tendencial. Lo demás son sueños de una noche de verano o espejismos en medio de la recta de Los Palacios en el mes de agosto, fiebres o delirios.

Que esta línea sea ignorada por las criaturitas de la palmera es comprensible. Para ellos, la negación de la realidad es la condición de posibilidad de que puedan mirarse al espejo y soportar lo que ven. Pero que sean los propios sevillistas los que se empeñen en obviar la tendencia en una especie de ceguera cognitiva que ve, vive y valora solo el instante, es lo que me fastidia aún más que lo de Ramos y el italiano. Porque la realidad es que desde el siglo XXI las cosas se están haciendo muy bien en el Sevilla Fútbol Club.

Y esto lo podemos comprobar si miramos los patrones sin caer en el pesimismo de la fatalidad o en el optimismo irracional; comprobaremos que la tendencia apunta tan alto que ya marea. Pero, como nos revelaron los psicólogos Thomas Gilovich, Robert Vallone y Amos Tversky en una investigación de 1985 sobre la famosa "mano caliente" en el baloncesto, la creencia supersticiosa en las rachas es una de esas ideas universalmente compartidas que, lamentablemente, simplemente es falsa. Cuando estudiaron detalladamente los registros de tiro individuales de la Asociación Nacional de Baloncesto (NBA) y de los equipos universitarios, no encontraron la "mano caliente" por ninguna parte. Los jugadores tenían las mismas probabilidades de anotar después de un fallo que de un acierto. De hecho, la superstición consiste en seleccionar series temporales continuas y pequeñas, rachas, y elevarlas a la categoría de una tendencia constante. Una racha no marca una tendencia, que siempre, por naturaleza probabilística, es fluctuante.

Afortunadamente, el Sevilla Fútbol Club contemporáneo no vive de rachas, como cuando yo era socio infantil, sino de tendencias ascendentes y constantes, por cierto. Si todo el sevillismo comprendiera esto, sería mucho más benigno con las rachas negativas y menos eufórico con las rachas buenas.

Cuando el Sevilla Fútbol Club me da un sofocón, que tendencialmente y desde que estamos en este fascinante siglo no son muchos, acudo devoto a los gráficos que dibujan las tendencias buscando consuelo y alivio. Para mi religión sevillista, la probabilidad tendencial es como la creencia cristiana en la resurrección de la carne, pura gloria. Para que vean lo espiritual que puede ser el fútbol y las matemáticas.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Te interesa