Lleva uno muchas semanas despotricando, en esta columna y en otros muchos sitios, sobre la nula atención que le prestan al Sevilla Fútbol Club las televisiones de ámbito estatal (TVE, Antena 3, el VAR, etc…). Pareciera como si no existiéramos, como si la mera mención de nuestro nombre fuera a provocar cataclismos en los índices de audiencia o en las frágiles e influenciables mentes de los telespectadores…
Y cuando uno ya se había acostumbrado a vestir el traje de la resignación, llega una entidad, tan señorial como independiente, y le rescata de la desesperanza insuflándole una generosa dosis de optimismo y de vuelta a la creencia en la bondad y la ecuanimidad del ser humano.
Me refiero, claro está, a la RAE, la Real Academia Española, que vela por el buen uso de nuestro bien común más preciado, que no es la Cruzcampo, aunque casi, sino el castellano. Y me refiero a un tuit que publicó el jueves de la semana pasada en el que, respondiendo a una consulta sobre la mejor y más correcta manera de escribir el resultado de un partido, decía lo siguiente:
En caso de escribir el resultado de forma abreviada con guion, lo indicado es el uso de las cifras: «Quedaron 3-0». En caso de escribirlo con palabras, lo más indicado es introducir el tanteo con una preposición: «El Sevilla Fútbol Club ganó al Betis por dos a uno».
#RAEconsultas En caso de escribir el resultado de forma abreviada con guion, lo indicado es el uso de las cifras: «Quedaron 3-0». En caso de escribirlo con palabras, lo más indicado es introducir el tanteo con una preposición: «El Sevilla ganó al Betis por dos a uno».
— RAE (@RAEinforma) November 25, 2021
Vale que el resultado final fue de cero a dos, pero tampoco vamos a ponernos tan exquisitos para uno que nos echa cuentas con irreprochable justicia… Es más, quiero reivindicar su encomiable labor y su cariño por nuestros colores, demostrado en su tarjeta de visita más universal y más consultada: el Diccionario.
Allí, por la letra “S” de Sevilla, encontramos términos que nos resultan tan familiares como Solvencia, Sacrificio, Sueños, Sabiduría y Satisfacción.
También se nos cita en el capítulo dedicado a la letra “F”, donde, más allá del obvio Fútbol, encontramos términos que nos definen como Fascinación, Felicidad, Fidelidad y Fundamento.
Por no hablar, para empezar por el principio, de la “A” de Arrebato, Alegría, Animación, Anillo (El tercer), Afición y, algo que desgraciadamente nos viene a definir mucho últimamente, Atraco.
O de esa “P” de Puerta, de Pasión, de Pundonor, de Principios, de Peñas y, remitiéndome al final de mi artículo de la semana pasada, hasta de Paragüero.
Por su parte, la letra “R” deja bien claro que la Rendición, si tiene algún nombre propio, sólo le pertenece al Rival. Y la “G” celebra cada Gol con nuestra Grada y la Giralda de fondo.
Incluso la más rabiosa actualidad estaba ya escrita y contrastada en las páginas del Diccionario en letras como la “M”, donde conviven de manera natural el Marca y el Mentiroso, el Mafioso y el Mangante; como la letra “B”, donde hacen exactamente lo mismo, y parece que va para largo, Butragueño y Bochornoso; o como la letra “T”, donde se funden sin despeinarse, es un decir, Tebas, Trilero y Tropelía.
Por último, la “C” ha querido unir Copa y Córdoba a otra palabra que se gestiona bastante poco en el fútbol: Camaradería. Ojalá el homenaje que han anunciado nuestros vecinos de las afueras de Sevilla Este a nuestro gran capitán Reyes sirva para afianzar dicho término y convertir el partido en un derbi de Categoría, no como otros…
La RAE la componen, en la actualidad, cuarenta y seis académicos, cuyas plazas son vitalicias, es decir, que sólo pueden ser sustituidos tras su fallecimiento. En la próxima ocasión que se dé esta lamentable y luctuosa circunstancia, me permito el atrevimiento de proponer a la docta Academia que tome en consideración una candidatura que, a mi modesto entender, es de peso intelectual notable y cumple con exquisita solvencia los requisitos exigidos para el desempeño de tan excelso cargo: la prima de Monchi. Con su contrastada capacidad para detectar penaltis no pitados, considero que es la candidata idónea para limpiar, fijar y dar esplendor no sólo al estamento arbitral sino al colectivo futbolístico de nuestro país en general. Queda dicho.