Tu periódico digital sobre el Sevilla Fútbol Club. Compartimos Afición

El palo selfie

Desde los más que lamentables incidentes del pasado sábado, la atención informativa se centraba en dos asuntos principales. El primero de ellos era saber si Andrés Guardado se encontraba bien de salud después de los dos botellazos recibidos en la cabeza en pleno campo de fútbol, sobre todo viendo que, como consecuencia de ambos, había caído al suelo de manera abrupta y estrepitosa. Tras comprobar que seguía manteniendo intacto su encefalograma plano (prueba de ello es que tanto él como sus compañeros se pusieron a saludar y a hacer gestos obscenos a una grada absolutamente vacía), el objetivo de todos los medios se centró en descubrir la identidad del australopiteco que lanzó el palo al terreno de juego. El hecho de contar entre sus moradores con un espécimen de la Edad de Piedra, podría hacerle cambiar el nombre al Benito Villamarín por el de Atapuerca II (ya estuvo cerca cuando se bautizó como “Ruiz de Lopera”), con la repercusión que algo así tendría tanto para la ciencia como para el turismo, convirtiéndose automáticamente, por ejemplo, las pintadas vandálicas de los ultras béticos en pinturas rupestres y siendo, por tanto, susceptibles de ser calificadas como Bien de Interés Cultural (BIC), igual que los bolis de punta fina y punta normal.

Por ello, enseguida puse a mi equipo de investigación a trabajar. Éste, compuesto por un amigo de mi cuñado, socio de la peña bética El Varapalo (Dios los crea y ellos…), y una Blackberry 8800 con la pantalla rajada, se puso manos a la obra y pronto obtuvo resultados. En concreto, ninguno. El lunes por la tarde, la policía ya había identificado y detenido al presunto agresor y yo no supe nada de mi equipo hasta ayer por la noche, cuando me comunicaron que habían conseguido una entrevista exclusiva mucho mejor, y que, en cuanto encontrasen a alguien en el locutorio que supiera usar el internete, me la mandaban por correo electrónico.

Tras reforzar la seguridad de antivirus y cortafuegos de mi ordenador, me dispuse a esperar la presunta exclusiva. Y sí, aquí la tienen:

—¿Cómo se encuentra?

—Pues abrumado aún por todo lo sucedido, claro.

—¿Cómo ocurrió todo?

—Pues fue un cúmulo de situaciones encadenadas, como quien no quiere la cosa. Yo estaba tan tranquilo, haciendo ondear orgulloso mi bandera en la peña bética El Varapalo, cuando llegó un fulano, que no diré quién es pero que responde a las iniciales de J. C. L. E., tiene 29 años y cuenta con antecedentes de robo en la peña, llegó, digo, me cogió y me llevó con él. Al entrar al estadio, concretamente al Gol Sur, enseguida me arrancó la tela de la bandera y la dejó tirada en los urinarios. Ahí me di cuenta de que él no me quería para animar al equipo, sino para esnifar cocaína. No tengo la culpa yo de ser hueco…

—¿Y en qué momento se torció todo?

—Con el gol de Fekir, claro. Todo el mundo alrededor nuestro se puso a chillar. Mi ladrón se asustó. Con el colocón que llevaba ya, debió pensarse que algo malo había sucedido, que seguro que pronto aparecía la policía y, para no ser descubierto con las manos en la masa, me lanzó bien lejos, con tan mala fortuna que fui a aterrizar en la cabeza de Jordán.

—¿Cómo vivió los instantes siguientes?

—Pues como una víctima más pero muy agradecido por el trato dispensado por todos. En primer lugar, por el árbitro, exquisito en las formas, sacándome del terreno de juego para ponerme a salvo. Y, en segundo lugar, por el delegado de campo, un afable señor mayor que, no sé si se vio en las imágenes, en cuanto me tuvo en sus manos llamó a su nieto desde el túnel de vestuarios para ver si le hacía ilusión tener una espada láser de esas de la Guerra de las Galaxias. Su afán por encontrarme una vida mejor fue encomiable y yo aprovecho aquí para agradecérselo.

—Dicen algunos ahora que el equipo de las trece barras se ha quedado con doce…

—Con once, diría yo. La otra la dejaron vacía de bebidas entre el sábado y el domingo algunos miembros de la directiva y del cuerpo técnico… Si no, no se explica su actitud de chimpancés desatados.

—Y para terminar, ¿por qué ahora le apodan “palo selfie”?

—Porque dicen que, gracias a mí, han quedado retratados unos cuantos…

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

¿Te gusta La Colina de Nervión? Apóyanos

A partir de solo 1€ puedes apoyar al único periódico que te informa solo y exclusivamente sobre el Sevilla FC. Tu apoyo contribuye a proteger nuestra independencia y nos permitirá poder seguir ofreciendo un periodismo de calidad y abierto para todos los lectores. Cada aportación, sea grande o pequeña, es muy valiosa para nuestro futuro e irá destinada directamente a los componentes de la redacción de La Colina de Nervión.

¡Lo último!

Baraja advierte a la directiva

El mercado de fichajes se aproxima para un Valencia CF que viene dejando noticias positivas. Los de Rubén Baraja...

Antes de irte... mira esto:

Ads Blocker Image Powered by Code Help Pro

Bloqueador de anuncios detectado

Nuestro periódico vive principalmente de la publicidad y cada día podemos informarte gracias a los anuncios que se muestran. Sin embargo, parece que estás usando un bloqueador de anuncios. Por favor, permite que te mostremos anuncios o suscríbete a nuestro modo \"Sin publicidad\" por solo 0\'50€.