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Una magnífica noticia

Hace quince días, la autoridad presuntamente competente declaró de alto riesgo el partido entre el Sevilla Fútbol Club y el PSV Eindhoven. Y tan solo eran unos dieciseisavos (lo que cuesta teclear esta palabra, joé) de UEFA. El verdadero partido de alto riesgo era el que jugábamos este pasado sábado por la noche contra el equipo con mejor salud de la Liga…

Nos las prometíamos muy felices. Hasta quien no sabe sumar ya sabía cuántos puntos sumábamos añadiendo tres al casillero y en qué lugar nos podíamos aposentar. Pero nos tocó restar. Y nos toca resetear.

Si usted es de los aficionados que no está suscrito a plataformas digitales y ve (intuye) los partidos del Sevilla Fútbol Club en el canal oficial (https://live.sevillafc.es), coincidirá con mi tita Lola en que Sampaoli le pone nervioso. Tanto ir para arriba y para abajo, tanto movimiento, tanta gesticulación… Y el partido, a su manera…

Si usted es de los aficionados que sí está suscrito o, incluso, ve los partidos desde la grada, es más que posible que sea un abajofirmante de la opinión del párrafo anterior.

Que no lo digo yo, que no tengo ni pajolera idea de fútbol. Que lo dicen cienes y cienes (¡viva el lenguaje materno!) de aficionados y, lo que es peor, medios de comunicación afines. ¿Para qué tantos folios escritos en el banquillo cuales cartas de amor a los jugadores en la cancha? ¿Para qué tantos cambios tan locos, ché? ¿Para qué no conjugar los verbos medir, atemperar, atesorar?… (Y no pongo más verbos porque se me va a adivinar mi ramalazo argentino)

Dicho lo cual, ¿cuál es la magnífica noticia a la que hace relación el título de esta columna y por la que usted, amable lector, quizás haya venido a informarse?…

Pues ni más ni menos que acaban de otorgarse los premios The Best, que son como los Oscar del cine, pero en chándal, y nuestro Yassine (que rima con cine) Bounou (Bono para la afición) ha estado a punto de llevárselo calentito. Lástima que el comediante argentino, el Dibu Martínez, fuera pieza clave en la consecución del título del Mundial de Fútbol para su país y que eso se cotice al alza.

No seré yo quien recuerde abajo en los comentarios de este artículo la pifia de Bono en su actuación el sábado. Es más, me quedo con sus declaraciones posteriores: “Me puedo equivocar. Pero fallar, nunca. Lo dejo todo por el Sevilla”. Honor y gloria. The Best. Que significa “El Mejor”.

 

NOTA AL MARGEN: Hace quince días, la autoridad presuntamente competente declaró de alto riesgo el partido entre el Sevilla Fútbol Club y el PSV Eindhoven. Consecuencia de aquella medida fue la decisión de precintar alrededor de una veintena de establecimientos hosteleros de los alrededores del estadio Sánchez-Pizjuán, estuvieran dentro del perímetro de seguridad establecido por dicha autoridad o no. La medida no pudo ser más acertada. Y ejemplarizante. El pasado sábado, en la previa contra el Osasuna, no se veía ni un alma consumiendo bebidas alcohólicas en los bares de Nervión. Ni dentro de los bares ni, por supuesto, en sus correspondientes terrazas y veladores. Todo el mundo llegaba en transporte público en plan abstemio o bebido ya de casa. Y qué decir de la botellona. Es pasado. Es historia. Era imposible ver a alguien con una litrona o con un cubata en vaso de plástico en la mano a un kilómetro a la redonda del estadio. Y al inicio del partido, con todos los aficionados ya dentro del redil, el barrio era una auténtica patena. Como dirían nuestras abuelas, se podía comer encima. Qué limpieza. Ni un vaso roto en la calle. Ni una bolsa en una esquina. Honor y gloria para nuestras autoridades (presuntamente) competentes. Y esta también es la magnífica noticia a la que hace alusión el título de este artículo.

¡Tequiyá!

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