El pasado lunes, los diarios del Grupo Joly publicaban una entrevista con SuperPaco, el mítico portero que nació en Monchi’s City, cuando todavía era conocida simplemente como “La Isla”, y triunfó en el Sevilla Fútbol Club en la década de los 70 después de curtirse en el Cádiz, equipo al que regresó en 1984. A todo el mundo que ha leído la entrevista le ha sorprendido enormemente la revelación que hace el protagonista y que, como no podía ser de otra manera, encabeza el texto como titular sonado: “A mí en el campo del Betis me han disparado”.
Entiendo que la acción de disparar a un jugador en el terreno de juego puede llevar al asombro primero y a la indignación después. No es mi caso. Tras leer el titular, mi primera reacción fue la del asombro, claro, pero tras una mínima reflexión, que uno tampoco está ya como para derrochar neuronas en vano, mi segunda reacción, digo, fue de hilaridad absoluta. Vamos, que me partí de risa.
Nada más lejos de mi intención que faltarle el respeto a la leyenda viva bajo los tres palos nervionenses. La hilaridad vino al imaginar a ese aficionado heliopolitano (parece demostrado que inhalar helio hace mucho mal a las cabezas), colando dentro del bocata una escopeta de perdigones en el estadio, perdón, en el campo de fútbol, apuntando al portero, disparando y… fallando todos y cada uno de los tiros. Porque hay que ser muy tonto para fallar un disparo contra un portero, que se pasa gran parte del tiempo que dura el partido bastante quieto. Qué bonita metáfora… El aficionado como representación alegórica y universal del equipo de sus amores y sinsabores… Un equipo con una escandalosa (para ellos) e hilarante (para el resto del mundo) falta de puntería a la hora de disparar contra el contrario…
Pero no han sido las únicas risas que he soltado leyendo la prensa estos últimos días. Miren:
EL CONSEJERO DE EDUCACIÓN Y DEPORTES DE LA JUNTA DE ANDALUCÍA, JAVIER IMBRODA, QUIERE ESPECTADORES “RESTRINGIDOS” PARA LOS PARTIDOS DE CHAMPIONS Y EUROPA LEAGUE
¿Qué demonios es un espectador “restringido”? ¿Qué requisitos hay que cumplir exactamente para que a uno le declaren “restringido” y pueda acceder al estadio a ver el partido en vivo y en directo?
En su primera acepción, el diccionario de la RAE dice que “restringir” significa “Ceñir, reducir a menores límites”. ¿Quiere eso decir que tenemos que cortarnos las piernas para hacernos más bajitos y conseguir el certificado de “restringido”?…
Por si eso no generara ya suficientes dudas entre los aficionados, la segunda acepción de la palabra en cuestión habla de “Apretar, constreñir, restriñir”. Entonces, ¿lo que quiere Imbroda es que vayamos todos al fútbol y nos apretemos en las gradas más todavía de lo que lo hacíamos antes de marzo? ¿No choca eso con la medida de mantener las distancias de seguridad de mínimo metro y medio entre personas? ¿O es que los abonados con un número de carnet bajo que han coincidido durante muchos años en sus respectivas localidades ya se consideran convivientes?
Y otra más:
EL AGENTE TUTUMLU “DESVELA” LA ESTRATEGIA DE DEL NIDO PARA CONTROLAR EL SEVILLA
Ya venía diciendo el Yuyu de Cadi desde hace tiempo que “Tutumlu” le sonaba a nombre de garito nocturno de esos que cierran a las tantas de la madrugada y donde siempre es posible irte a tomar la penúltima. El contenido de la conversación que “desvela” el tal Tutumlu es de auténtico garrafón y de muy altas horas de la noche acodado en la barra como único punto de apoyo fiable.
En todo caso, lo que me llama la atención antes que nada es el verbo del titular. Frente al “Revelar”, que es el que se debería haber utilizado correctamente, “Desvelar”, y volvemos al diccionario de la RAE, que es gratis, quiere decir “Impedir el sueño a alguien, no dejarlo dormir”. Y ahí, por desgracia, creo que el titular es absolutamente preciso y ajustado a la realidad. Esa conversación le va a quitar el sueño a más de uno…