El Sevilla Fútbol Club se enfrenta en estos días a un dilema imposible: cambiarlo todo o el lampedusiano cambiar algo para que nada cambie. Lo primero es imposible; lo segundo, suicida. Por eso, la propuesta más razonable es el barco de Neurath.
El barco de Otto Neurath es el barco más famoso de la filosofía de la Ciencia. Neurath, economista de profesión, fue uno de los fundadores del llamado «Círculo de Viena». Aquellos separaron los hechos de los valores y declararon el fin de la metafísica tradicional. Otto Neurath había sido unos años antes un alto cargo en el gobierno socialista de Baviera (la República espartaquista – 1919), donde fue el encargado de «socializar la economía».
El barco de Neurath es una metáfora tan bella como explicativa. En la ciencia, nos hallamos, por tanto, como los marineros de un navío que tuvieran que reconstruirlo continuamente, cambiando sus piezas una por una (¡no todas a la vez, por supuesto!), pero siempre a flote, nunca en un puerto seco. En la ciencia, siempre permanecemos en altamar, no estamos anclados ni sujetos al fondo, y no pisamos nunca tierra firme. Pues en futbol y en el Sevilla Fútbol Club, igual y más aún en este extraño parón ligero. No hay tiempo para llegar a puerto y a dique seco, hay que cambiar sobre la marcha. El margen de error es cero.
Como el espacio para el fallo es tan pequeño que no cabe ni un nanomilímetro de grandeza criaturil, la suerte nos tiene que acompañar. Estos son mis deseos: que Argentina y Marruecos lleguen muy lejos en este Mundial. Soy claro con Marruecos, siempre me gusta que gane el más débil, salvo que el más fuerte sea el Sevilla Fútbol Club o el débil sea el palmerín, entonces quiero que el fuerte aplaste. Necesitamos hacer caja con lo que tenemos en el escaparate. Ni que decir tiene que las transferencias han de ser por banca electrónica o por Bizum, pues seguimos en alta mar. Con los recursos obtenidos debemos reformar, arreglar el barco y evitar a toda costa tomar puerto en Lampedusa.
¿Qué arreglos necesita el Sevilla Fútbol Club? De momento soltar lastre, retornar malas ventas y recuperar lesionados. Lastre: Rakitic, Suso, Januzaj, Dolberg… Retornar: Ocampos, Luis Alberto. Recuperar: Tecatito, Fernando, Marcão. Luego, lo que diga el que más sabe de esto (¡¡En vos confío¡¡), Monchi. Sólo una sugerencia; ficha otra vez al “miarma” , lo tuvimos en el Sánchez-Pizjuán, no dejes que se vaya para el hortera y cleptómano principado de Mónaco. Todo menos arriar velas en las tranquilas aguas de Lampedusa.
*La novela El gato pardo de Giuseppe Tomasi di Lampedusa ha pasado a la historia como un ejemplo de cinismo inmovilista : cambiar algo para cambie.