El parón liguero en Primera División (sigo sin saber por qué demonios lo llaman “ventana de selecciones”, pero de esto ya hablaremos otro día), nos ha traído un puñado de buenas noticias al Sevilla Fútbol Club.
La primera se produjo la semana pasada durante la celebración del acto de entrega del Dorsal de Leyenda a Juan Carlos Unzué. La buena noticia no fue el acto en sí, ni la entrega del dorsal, ni las palabras del homenajeado (“Recordadme con esta sonrisa”), ni las de Palop (“Unzué es todo un referente”), ni las de Monchi (“Yo quise ser Unzué. Yo quiero ser Unzué”). Ni siquiera la canción que se sacó de la lámpara el genio Arrebato y que ojalá se escuche a todas horas para que los beneficios de sus derechos de autor reviertan en la investigación de la enfermedad.
No, realmente, la buena noticia del día fue que durante el acto no se produjo ningún lesionado. Creo que es la primera vez que esto ocurre en mucho tiempo. Si soy hasta yo, que me da miedo coger el mando a distancia para poner la cadena oficial del club, no vaya a lesionarme la muñeca subiendo el volumen del aparato… Celebremos, por tanto, que el único que acabó con algunas molestias en los músculos de la cara fue el propio Unzué de tanto sonreír. Benditas sean esas lesiones.
También fueron buenas noticias los resultados de nuestro equipo en la Liga Promises aunque, viendo a los chavales, más que de “Promises” están en edad de “pro misses”. Una efervescencia hormonal que no es lo único que les caracteriza a todos por igual: ¿soy yo el único que se ha dado cuenta de que todos llevan el mismo pelao? Si no llega a ser por los dorsales de las camisetas, yo sólo diferencio al portero.
Pero más allá de los detalles físicos, merece la pena destacar la buena noticia de los aspectos técnicos. Si el Barça puso de moda en su día el tiki-taka, estos chavales del Sevilla Fútbol Club, con Fran Rubio a la cabeza, inventaron en cuartos de final el tirititrán-trantrán, porque menudo baile le pegaron al Liverpool.
Como también buena noticia fue la goleada del equipo femenino a un Eibar al que sólo se le dejó opinar sobre lo bonito que luce por las mañanas el estadio Jesús Navas. Eso sí, para darle más emoción al partido, y por seguir la tradición del primer equipo masculino, las chicas no quisieron ser menos e Isabella Echeverri se prestó voluntaria para lesionarse durante el calentamiento. Si somos un club, lo somos en todas las categorías. Y con categoría, claro que sí.
Por ir terminando, buena noticia es también que el fin de semana vuelve la Primera División y, con ella, toquemos madera (como decía ayer aquí mismo Manuel Vicente), Diego Carlos y Rekik. Habrá que ver cómo llega la expedición internacional, pero quien seguro que se pierde el partido contra el Barça es Delaney, que además de haberse lesionado, ha perdido a su perro. Quiero creer que no hay relación directa entre ambos infructuosos hechos y que la llamada que ha hecho el jugador en redes sociales pidiendo ayuda para encontrar a su mascota es de buen rollo…
Tampoco participará en el encuentro Ansu Fati, el jugador diez-mado (vale, este es muy malo), lo cual puede ser una ventaja para el Sevilla Fútbol Club. Porque, ahora que la directiva del Barça está cerrando el acuerdo para que el nombre del Camp Nou lleve el apellido “Spotify”, es una magnífica ocasión para mandarles con la música a otra parte, concretamente a que consoliden la tercera posición en la tabla y nosotros sigamos mirando hacia adelante y no hacia atrás.
Y cómo no: buena noticia para los detractores de Lopetegui es que ya pueden volver a afilar los cuchillos contra el entrenador. A estas horas, seguro que más de uno ya tiene escritos y preparados sus mensajes para publicarlos en Twitter el domingo a partir de las once de la noche. Los demás preferimos seguir soñando y disfrutando, valga la redundancia.