El Sevilla Fútbol Club, desde aquel zurdazo de Antonio Puerta, mantiene un maravilloso idilio con un día en concreto del año. En concreto, el jueves de Feria. Un día recordado por todos los sevillistas del planeta, un día para disfrutar con la familia y amigos, pero que este año tendrá un sabor más agridulce que nunca.
¿De qué viviríamos si no fuese de recuerdos? Esta pregunta se ha planteado durante cientos y cientos de años. Algunos, la consideran poco ambiciosa; otros, todo lo contrario. Lo cierto es que es un camino a mitad entre ambas opiniones. Se trata, al menos en lo referente al Sevilla Fútbol Club, de una necesidad de volver a vivir lo que se recuerda con tanto furor. Aquel gol de Antonio Puerta ante el Schalke 04, seguro, hizo que temblara una ciudad, algunos por temor y otros por alegría. Esto es lo bonito de Sevilla y el fútbol, de una ciudad que no sabe vivir sin la eterna comparación y ‘guasa’.
Sí, quiero. Quiero volver a tocar plata, a pedir una jarra de rebujito a la vez que veo a mi equipo, al Sevilla Fútbol Club, con la corbata entre los dientes. Aquellos maravillosos jueves de Feria deben de volver. Monchi lo sabe. Al igual que lo saben jugadores como Jesús Navas o Ivan Rakitic. Estos tres, absolutas leyendas de la entidad, por cierto. Y no hay mayor ambición que el anhelo. Me pregunto muchas veces qué les rondará por la cabeza a Lopetegui y Pepe Castro cuando ven que, en mayo, faltan días para celebrar aniversarios de títulos.
La presión es inmensa, pero esto es Sevilla. Esto es el Sevilla Fútbol Club, una entidad que se ha acostumbrado a ganar. Que algunos dicen que vive del pasado (que menudo pasado, por cierto), pero que realmente convive con la necesidad de volver a esos tiempos.
A la vez que escribo estas palabras, me vuelvo a acordar de mis padres. Primero, de mi padre. Seguro que cuando esté leyendo estas líneas, estará pensando que sigo siendo un simple sevillista de finales que se resguarda en la segunda mitad de la historia de un club que conoce, y de buena mano, el fango (nunca mejor dicho en esta época del año). Segundo, de mi madre. ‘Vecina de los colores de enfrente’, como diría aquel, que está viviendo una Feria cómo no lo hacía desde 2005.
En definitiva, percepciones diferentes de aquellos maravillosos jueves de Feria. Aquellas noches que nos regalaron a los aficionados del Sevilla Fútbol Club, que hicieron que el Ramón Sánchez-Pizjuán le enseñase a Europa cómo hay que vivir dos fiestas a la vez: el fútbol y nuestra querida Feria de Abril. El brindis de esta noche va por aquellos que nos hicieron grandes y, sobre todo, por aquellos que nos harán repetir esas grandes noches. Salud.
