Una de las noticias del año pasado del Valencia CF fue el flirteo con el descenso. Esto generó una gran tensión en el vestuario y en los profesionales del club. Con una plantilla muy joven en constante evolución y la presión de no volver a vivir la pelea por la salvación del curso pasado, el equipo dirigido por Rubén Baraja busca consolidarse en la competición.
La temporada pasada dejó una marca indeleble en el Valencia CF, con altibajos y momentos de tensión. Los obstáculos, tanto dentro como fuera del campo, contribuyeron a un rendimiento irregular que llevaros a un club grande y centenario a verse en una situación tremendamente angustiosa.
Una gran temporada
Sin embargo, este año, las noticias en el Valencia son tremendamente positivas. Rubén Baraja se ha destapado como uno de los técnicos revelación del campeonato y ha dotado al Valencia de un gran empaque, pese a contar con una plantilla joven. Tanto es así, que el club che mira a Europa. La competencia en LaLiga es reñida, pero el Valencia tiene el potencial para dar un paso adelante y buscar los puestos europeos.
Las necesidades de los jugadores
El desafío de salvarse ha hecho que los jugadores sintieran que la carga de la responsabilidad de no abocar a la Segunda División a todo un histórico fuera una cuestión que les sometiera a una presión tremenda. Tanto es así que Rubén Baraja ha notado que la salud mental de sus jugadores se puede resentir y uno de sus propósitos es contrarrestar los desafíos psicológicos que algunos futbolistas experimentaron la temporada pasada.
Esta iniciativa se enmarca en un esfuerzo por abordar las dificultades mentales que afectaron a jugadores como Hugo Duro, Hugo Guillamón, Thierry, Gayá y Mamardashvili, entre otros. Una temporada por la que el Valencia fue una de las noticias negativas. Ejemplos concretos, como el caso de Hugo Duro, quien pasó de una temporada difícil a marcar 10 goles este año, y la recuperación de Hugo Guillamón, muestran el impacto positivo del trabajo conjunto entre el entrenador, el psicólogo y los jugadores.
Buenas noticias para el Valencia
Rubén Baraja consideró la inclusión de un profesional para esta materia el año pasado, pero optó por esperar hasta esta temporada para implementar la medida de manera más efectiva. Esa fue una de las noticias de la temporada para el vestuario del Valencia CF. El vínculo entre el cuerpo técnico di cuenta de la necesidad de proporcionar apoyo no solo en términos deportivos, sino también en aspectos personales. La respuesta de los jugadores fue positiva, destacando la ayuda en el manejo de la presión y otros desafíos mentales.
El elegido de Rubén Baraja
Desde el inicio de esta temporada, las noticias del Valencia CF hablan de un protagonista: Jona Muñoz. Un psicólogo deportivo que trabaja de manera integral con el cuerpo técnico y los jugadores. Jona, quien también es entrenador profesional nivel 3 por la RFEF, no se limita a una consulta externa, sino que participa activamente en los entrenamientos, viaja con el equipo y colabora estrechamente con Rubén Baraja. Esta colaboración constante permite una comprensión profunda de las necesidades de los jugadores, tanto en el terreno de juego como fuera de él.
Sesiones dos veces al mes
El funcionamiento es claro y efectivo: los jugadores tienen la opción de mantener conversaciones voluntarias y privadas con Jona Muñoz, aunque se estipula que al menos dos veces al mes participen en estas sesiones. Estos diálogos se centran en áreas como el rendimiento en el campo, la gestión de adversidades, el ambiente en el vestuario y otros aspectos relevantes. Además, Rubén Baraja y el psicólogo mantienen una comunicación constante, intercambiando visiones sobre el rendimiento y las expectativas de cada jugador.
La presencia de Jona Muñoz se revela esencial en un vestuario joven, abordando aspectos que van más allá del terreno de juego, como la presión del estadio Mestalla y la gestión de la presión social que rodea al club.
Este enfoque integral refleja la importancia que el Valencia CF asigna al bienestar mental de sus jugadores, marcando una diferencia significativa en la preparación y el rendimiento del equipo.