El próximo sábado se enfrentarán en el Viejo Nervión Sevilla Atlético y Alcorcón, dos equipos con situaciones distintas en la tabla, pero con un mismo objetivo: salvarse. El filial sevillista podría olvidarse de esa hipotética meta de forma matemática al término de esta jornada. Los rojiblancos son colistas con veintitrés puntos; a dieciséis de la salvación, que la marca el Almería. Quedan seis jornadas o, lo que es lo mismo, dieciocho puntos, por lo que al Sevilla Atlético sólo le vale ganar y que Córdoba y Almería no lo hagan para prolongar el descenso una jornada más.
Temporada aciaga
4 victorias, 11 empates, 21 derrotas, 23 goles a favor y 54 en contra en 36 partidos, los números hablan por sí solos. Esto es un bagaje muy pobre y lejos del necesario para competir en una categoría tan exigente como la Segunda División. A las pobres estadísticas se han sumado: lesiones de futbolistas importantes, bajas por internacionalidades, decisiones arbitrales puntuales que han perjudicado al equipo, falta de gol, poca capacidad de reacción y falta de apoyos del club. Todo ello ha formado un caldo de cultivo que va a terminar, salvo milagro, con el Sevilla Atlético en Segunda División B.
Comparativa
La última estancia del filial sevillista en la división de plata también fue de dos temporadas. El actual Sevilla Atlético mejora aquel entrenado por Fermín Galeote (cesado en la jornada 30) y Diego Rodríguez. Aquel equipo bajó en 2009 con 19, 2 victorias, 13 empates, 27 derrotas y encajando la friolera cifra de 89 goles. Los de Tevenet, están haciendo una temporada más digna que aquella, pero aún así, no se salva de ser decepcionante.
Inacabable confianza
A principios de temporada, sonó con mucha fuerza el nombre de Andrés Palop para hacerse cargo del filial, pero la dirección deportiva decidió confiar en Tevenet. El equipo no consiguió la primera victoria hasta la jornada 14, ante el Granada. En ese momento, ya era colista con los mismos puntos que el Córdoba, equipo que hizo cambios en el banquillo y plantilla en invierno y a día de hoy está a un punto de salvarse. La segunda escuadra hispalense no posee ni mucho menos un juego que horrorice al espectador; al revés, ha sabido competir con los grandes clubes de la categoría, pero no ha sido capaz de materializar ocasiones y siempre han pagado caro los fallos. El técnico siempre ha apelado a la falta de experiencia de los suyos… argumento que ha ido perdiendo peso y difuminándose mientras el Sevilla Atlético agonizaba con el paso de las jornadas.