El debut liguero para los de Julen Lopetegui está a la vuelta de la esquina. El estreno siempre es importante y el Sevilla FC lo hará en un campo que no le trae buenas noticias. El Sadar, estadio de Osasuna, es territorio hostil para los hispalenses y, desde la pasada temporada, para un futbolista en concreto. Ivan Rakitic fue principal protagonista de la última visita a Pamplona. Aquel día, al croata le tocó ver la cara amarga del fútbol. Pudo ser la llave del triunfo pero se quedó a medio camino.
Mal recuerdo para Ivan Rakitic
Corría el mes de febrero cuando el Sevilla FC visitó El Sadar, conocido estadio por la dificultad que entraña en LaLiga. En aquella ocasión no fue menos y los de Julen Lopetegui no encontraban la fórmula para decantar la balanza. Tras 93 minutos de juego, el luminoso mostraba un empate a cero que parecía irreversible. Sin embargo, Ivan Rakitic tendría una oportunidad de esas que no se tienen todos los días. El defensa Manu Sánchez cometió penalti sobre Jules Koundé. Después de una visita a la pantalla del VAR, el colegiado Pizarro Gómez decidió señalar el punto fatídico. Como acostumbra, Ivan Rakitic cogió el esférico y ejecutó el lanzamiento.
Cuando la hinchada del Sevilla FC festejaba las buenas noticias, llegó el varapalo. El centrocampista lanzó un penalti flojito y centrado a su palo izquierdo. Sergio Herrera adivinó sus intenciones y alcanzó a rechazar el lanzamiento. Ello supuso el final del encuentro y un doloroso empate.
Oportunidad para la redención
Tras el fallo que podría haber dado tres puntos y la opción de seguir en la pelea por LaLiga, Ivan Rakitic fue consolado por Lopetegui y sus compañeros en el túnel de vestuarios. Esta temporada tiene la posibilidad de resarcirse en el mismo escenario en nada menos que un estreno liguero. Hace seis meses, no acertó a derribar el muro de Sergio Herrera y ahora intentará ser esa llave que abra la puerta del triunfo en Pamplona.