La temporada pasada el Sevilla FC necesitaba un fichaje diferencial en el mercado de invierno. Monchi estuvo rápido y se llevó al Papu Gómez, un jugador de quilates deseado por toda la Serie A. La temporada se le acabó al ex del Atalanta cuando mejor estaba. Este curso, el argentino tampoco termina de encontrar la regularidad. Desde que tuvo COVID, el mediapunta argentino encadena una lesión tras otra y no levanta cabeza. En Nervión se sigue esperando al Papu Gómez.
LA IRREGULARIDAD DEL PAPU GÓMEZ
La irregularidad ha marcado hasta el momento la estancia de Alejandro Darío Gómez en Sevilla. El Papu llegó en invierno del año pasado a Nervión como fichaje estrella. El gran nivel mostrado en el Atalanta, uno de los equipos de moda del fútbol europeo las últimas campañas, hacía difícil pensar que un jugador de su categoría pudiese llegar al Ramón Sánchez-Pizjuán en las condiciones que consiguió Monchi. Su pelea con el técnico Gasperini fue determinante para forzar su salida y ahí el de San Fernando estuvo más rápido que nadie.
El encaje del Papu Gómez en el esquema de Julen Lopetegui se hizo esperar. El internacional argentino se desenvuelve mejor en la media punta, posición que no termina de aparecer en el juego del técnico vasco. Durante su adaptación, el Papu alternó la banda con el centro del campo, llegando a jugar incluso de falso nueve ante el Real Madrid, sin terminar de encontrar regularidad en su juego. Su nivel no terminaba de ser el mostrado en Italia y la espuma que produjo su fichaje poco a poco fue descendiendo. Al Papu se le acabó la campaña cuando mejor estaba. Por fin empezaba a verse a ese jugador diferencial por el que apostó el Sevilla FC, poniendo el broche de oro a la campaña anotando el gol que daba el récord de puntos al conjunto de Julen Lopetegui. En Nervión estaban convencidos de que la siguiente campaña iban a poder disfrutar por fin del juego del Papu. Sin embargo, la irregularidad sigue marcado la etapa del argentino como sevillista.
UNA TEMPORADA MARCADA POR LAS LESIONES
Tras la conquista de la Copa América en Brasil, el Papu Gómez se unía a la pretemporada sevillista. Pese a incorporarse tarde, el argentino llegaba con el ritmo cogido por su selección. Sin embargo, el COVID hizo mella en la plantilla sevillista y el Papu Gómez fue uno de los afectados. Ésta fue la primera piedra en el camino de una temporada que no ha dado un respiro al internacional argentino en este sentido.
En un año en el que estaba llamado a ser el líder del centro del campo del Sevilla FC, las lesiones están impidiéndole al Papu coger el ritmo y la regularidad necesarios para brillar. Tras el COVID, llegó una pubalgia que le tuvo apartado del equipo tres semanas. Ahora, tras superar dicha lesión y volver al equipo justo antes del parón, el de Buenos Aires ha vuelto a caer lesionado. Durante su convocatoria con la selección argentina, el Papu Gómez ha sufrido unas molestias en la rodilla que vuelven a dejarle en el dique seco. A falta de pruebas y pese a que no parece ser nada grave, el argentino vuelve a ver como su proyección se ve frenada en seco.
LOS NÚMEROS DEL PAPU EN EL SEVILLA FC
Tras su llegada al Sevilla FC en el mercado invernal de la temporada pasada, el Papu Gómez acumuló con el conjunto hispalense 23 partidos sumando todas las competiciones. El argentino contribuyó con 3 goles y 1 asistencia, unos buenos números pero que dejaron un sabor agridulce viendo el rendimiento que traía de Italia. Hasta su desencuentro con Gasperini, el argentino había conseguido 5 goles y 4 asistencias con el Atalanta en los 16 partidos que disputó dicha campaña.
En la presente temporada, Alejandro Gómez lleva disputados 520 minutos repartidos en 10 encuentros. El de Buenos Aires, lejos de su mejor nivel, ha podido ofrecer solamente un gol a la afición sevillista, el que marcó en la victoria ante el Valencia en el que ha sido su mejor partido del curso.
No hay dudas de que el Papu Gómez puede dar mucho más. Su rendimiento, marcado la adaptación su primer curso y las lesiones esta temporada, sigue estando lejos del esperado en Nervión. Se sigue esperando en Sevilla a ese futbolista que marque las diferencias y dirija por fin el juego del conjunto de Lopetegui.