Aún se desconoce la victoria en el Ramón Sánchez-Pizjuán, pero el Sevilla FC de Jorge Sampaoli dejó brotes verdes en su partido frente al Valencia CF. Tras un nefasto primer tiempo, el de Casilda movió las fichas del tablero, dando lugar a una mejora global del colectivo sevillista. Con Erik Lamela a la cabeza, el conjunto hispalense logró sumar un punto y rozó el premio gordo en un encuentro no apto para cardiacos.
Los peores 45 minutos de la temporada
Sin lugar a dudas, la primera parte del Sevilla FC frente al Valencia CF dejó la peor versión de los hispalenses de la temporada. La cara de las dudas, la de obviar las disputas, la de dejarse someter y la de no obtener respuestas ante el planteamiento del rival. Quizás lo más sorprendente de la dinámica mencionada es que el propio Jorge Sampaoli, responsable con su equivocado planteamiento del primer tiempo, también se contagió de esa versión tan alejada del amateurismo al que se aspira en el Sevilla FC.
Frente al Valencia CF, el técnico nervionense se equivocó de pleno con la hoja de ruta trazada para el primer acto. Inferioridad en las bandas, centro del campo sin músculo y al que le sobraban toques, un frente de ataque inoperante y una defensa más dubitativa que nunca. El pasado martes, José Ángel Carmona salió en la foto del gol de Cavani y fue devorado por sus propio nerviosismo. No tuvo su día, al igual que otros nombres propios como Alex Telles, Nianzou o Montiel. Aunque, por mucho que se tuteé a una individualidad u otra, la realidad golpea más allá de un futbolista; el Sevilla FC realizó la peor primera mitad de la temporada. Ni más, ni menos.
El amateurismo da mucha vida al Sevilla FC
«Someter al rival»; esa es la misión que Jorge Sampaoli pide a los pupilos que se enfundan la casaca del Sevilla FC. Un mensaje que, en apariencia, podría formar parte de un hashtag en redes sociales o un eslogan en vista a unos comicios muy cercanos. Para el de Casilda no hay otra forma de entender el deporte de la redonda que corre por el verde. Con la pelota en los pies, se castiga al contrario y despiertas la alegría de los futbolistas, los fieles y él mismo. Todos ganan si se somete al rival.
En el segundo tiempo, Jorge Sampaoli cambió radicalmente el guion del capítulo a partir de un cambio de esquema y la entrada de Erik Lamela. Todo con un fin: someter al rival. Dicho y hecho. A los diez minutos, Rafa Mir vio puerta, los interiores conectaron los laterales y el control del balón se decantó en su totalidad del lado sevillista. La grada, de manera inmediata, conectó con los once protagonistas blanquirrojos, inercia a la alegría y el corazón que ellos despertaban en el juego a través del volumen de ataque. Por ende, el Valencia CF fue haciéndose paulatinamente diminuto hasta que llegó el gol del Sevilla FC. Tras el tanto de Lamela, el guion se fue de madres, pudiendo caer la victoria para cualquiera. No en vano, el frenético desenlace de la cita entre hispalenses y valencianos encontraba su razón de ser en un palabra: amateurismo.
El Ramón Sánchez-Pizjuán disfrutó con la casta y el fútbol generado en el segundo tiempo. No hay otra manera de entender este deporte para Jorge Sampaoli y, lo que es más importante, para el coliseo de Nervión. Ni la victoria en Mallorca, ni el punto logrado en Dortmund. Lo que se vio en los segundos 45 minutos es lo que el técnico argentino entiende que es la mejor vía para que el Sevilla FC logre triunfos.
Erik Lamela, titular por lo civil o lo criminal
En una plantilla que Jorge Sampaoli estuvo ausente para la planificación y con unas individualidades acostumbradas a pedir la pelota al pie, Erik Lamela rompe las reglas establecidas. A lo largo del nefasto primer acto del Sevilla FC, la sala de máquinas no compareció en el verde de Nervión. Isco, acudiendo constantemente a la base de la jugada, apenas se acercó a la mágica versión que presume. Con el Papu Gómez, la historia llegó incluso dejó peores sensaciones, viéndose al argentino precipitado en su toma de decisiones y sobando el esférico más de lo debido.
Con la entrada del Coco, esa película quedó muy lejos en el segundo tiempo. El argentino acudía al espacio, la pedía al pie y daba soluciones con un último pase que amartillaba a la zaga del Valencia CF. El frente ofensivo creció en armonía de Erik Lamela, provocando ese volumen de ataque que Jorge Sampaoli repitió por activa y por pasiva en las dos semanas que lleva al frente del Sevilla FC. Su gol fue la guinda de un pastel que él cocinó para los suyos y las más de 37.000 personas presentes en el Ramón Sánchez-Pizjuán. La lectura que deja la actuación del argentino es que la titularidad de Erik Lamela debe ser indiscutible. Porque el Coco es el verso suelto del Sevilla FC y el fiel reflejo del amateurismo que Jorge Sampaoli promulga.
Creo que Lamela fue importante en la mejora del equipo pero desde luego no fue el único. Además del acierto evidente de Bono y del buen partido de Mir, también fue decisiva la actuación de Navas, aunque al final cometiera un error que le pudo haber costado un disgusto al equipo.
Se ha demostrado que Marcao y Nianzou son imprescindibles en este Sevilla a día de hoy. El gol del Valencia viene de un fallo de marcaje de Carmona y también de su insuficiente altura para jugar como central.
hasta que los biris no actúen donde deben no se arregla esto, los fichajes de este año son una cagada y caros, mejores que isco, nianzou y marcao los hay en 2ª división, eso si. sin comisiones, estoy de acuerdo con lo de carmona, no tiene altura, quién si la tenía era juan berrocal que creo que es mejor que estos.