Mírala cara a cara que es la primera. Se juega el domingo. A las cuatro y cuarto de la tarde. Justo el día después del Desalumbrao. Justo el día del año que más necesitamos una siesta en condiciones. Pero habrá que estar muy despierto porque es la primera de las cuatro finales que le quedan por disputar al Sevilla Fútbol Club para consolidar la tercera plaza en la clasificación general. Sí, la tercera, que la segunda ya sabemos que la han negociado Geri y Rubi, que tienen nombre de dúo cómico pero que no hacen ni puñetera gracia. Es la primera y es contra el Villareal, del Emery de nuestros amores. ¿Estarán cansados por jugar la Champions? Pues es más que posible. ¿Estarán tristes por haber sido eliminados por el Liverpool justo a las puertas de la final? Pues también es bastante probable. ¿Harán la machada de remontar la eliminatoria y estarán eufóricos pero fundidos? Ojalá… (A la hora en que escribo este artículo aún no se ha disputado el partido…)
Mírala cara a cara que es la segunda. Y llega apenas tres días después, el miércoles. A las ocho y media. Se llama R.C.D. Mallorca y viene al Sánchez-Pizjuán. La lógica, si es que eso existe en el fútbol moderno, dice que los mallorquines deberían sucumbir ante los nuestros, pero están notando el aliento del descenso en sus nucas y eso son palabras mayores. A ver si no se nos va a atragantar la ensaimada…
Mírala cara a cara que es la tercera. Quince de mayo. San Isidro Labrador, poco mordedor, dice el refrán. Llevamos al Séptimo de Caballería a luchar contra los indios. Se supone que rabiosos por morder y asegurar su plaza en Champions. Que no nos corten la cabellera no será nuestro mayor problema. Mantener la portería a cero y darle a Bono la alegría de recibir el premio Zamora, sí. El “Dicen que nunca se rinde” frente al “Qué manera de sufrir”. Arrebato sabinero.
Mírala cara a cara que es la cuarta. Y la última. Y por eso yo ya sólo pido que, para esa jornada, veintitantos de mayo, esté todo el pescado vendido. El Sevilla Fútbol Club, tercero en la Liga. El Athletic, con su billetito para Europa. Y ambos, felices, jugando al fútbol con maestría, juego limpio, derrochando brillo y oropeles y San Fernando brindando con San Mamés y ambos tratando de ligar con Santa Justa y Santa Rufina.
Y si esta sevillana les ha parecido corta, lo sentimos mucho. Es que estamos en la Feria y hay poca cobertura para mandar artículos más largos. Pásense si gustan por nuestra caseta y seguimos hablando. Invita el director del periódico. Calle Jesulín de Ubrique, número 33. ¡Salud!