Diego Alonso tiene nombre de pintor o poeta del Siglo de Oro sevillano, ese interregno que se cuela, sin haber sido invitado, entre el XVI y el XVII. Pero el nuevo técnico no es el pasado, sino el futuro inmediato de nuestro Sevilla Fútbol Club. ¿Qué será, será... de nosotros con él? Yo lo veo como un nuevo reinicio. No tenía ni idea de quién era este hombre hasta que saltó su sonoro nombre y me sonó muy bien. Mi confianza en el entrenador uruguayo es una confianza transitiva, como siempre. Yo confío mucho en Orta (antes Monchi). Orta (antes Monchi) confía mucho en Diego Alonso. Ergo, yo confío mucho en Diego Alonso. Así de simple es la inferencia en la que baso mi fe sevillista, para que no nos vamos a engañar.
En estos días, he gozado y padecido como vecino de mi Alameda de Hércules a miles de alegres y etílicos escoceses que cantaban, una y otra vez, una versión adaptada de "Whatever will be, will be" (Qué será, será...), la melodía interpretada por Doris Day en la película de Alfred Hitchcock "El hombre que sabía demasiado". Este fin de semana no ha habido fútbol, pero sí futboleros. Sevilla ha sido pacíficamente invadida por miles de aficionados escoceses. Han sido noches de ambiente de fútbol original, popular, obrero y alegre que han vuelto a Sevilla como en un inesperado retorno a los orígenes célticos de nuestro club.
La reinvención ha sido el sello sevillista desde el origen fundacional. ¿Por qué no apostar de nuevo? ¿No forma parte de este continuo reinicio de la tendencia en la que debemos mantenernos? ¿Qué hay de malo en tirar de intuición y confianza vicaria? Una versión estúpida y corrupta del Big Data, nada que ver con Moneyball, ha conducido a la ruina a uno de los clubes más elegantes de Europa, como es el Ajax de Ámsterdam, cuyas alineaciones parecían un catálogo de pintura holandesa del siglo XVII: Johan Cruyff, Van Eijden, Van Wijk... El Ajax ha abandonado la lealtad a su escudo y ahora agoniza forrado de inversiones extranjeras y dirigido por el mono infinito de la paradoja. Aviso para navegantes.
Diego Alonso puede ser una señal de vuelta a los orígenes permanente. No será breve, lo creo. La garra y la técnica uruguaya entre Inti Potesta y Bengoechea... "Whatever will be, will be"... De Escocia venimos y a Escocia vamos. Veo señales.