El Sevilla ha vuelto de Málaga con los tres puntos gracias a un solitario gol de Correa. El resultado es engañoso, ya que el club hispalense fue muy superior a su rival durante largos tramos del encuentro. Los de Montella se adelantaron a los quince minutos, lo que hizo que el ritmo del partido decayera con el avance de los minutos. Sin embargo, los sevillistas buscaron aumentar su ventaja en ambas mitades gracias a Ben Yedder y los jugadores más adelantados, cuya efectividad de cara a puerta no fue suficiente para anotar más de un gol. El francés llegó a marcar un gol, pero este fue anulado por un fuera de juego inexistente. En total los del Sevilla realizaron seis disparos, de los cuales cuatro fueron a puerta y dos fuera. Uno de esos disparos fue el que pudo haber supuesto el cero a dos en el último minuto, pero Vázquez falló el mano a mano ante Roberto.
Balones en largo y dominio aéreo
El juego de este Málaga se caracteriza por estar basado en lanzar balones largos buscando la espalda de la defensa rival. Esto no les funcionó en el día de ayer y el club malagueño se marchó del césped sin lanzar un tiro a puerta. Seis de los ocho disparos de los boquerones acabaron fuera, mientras que los otros dos fueron rechazados. La falta de efectividad del conjunto local, sumado al gran papel de la zaga sevillista y especialmente de Lenglet, puso muy de cara el partido para el Sevilla. Este estilo de juego hace que los malaguistas sean especialistas aéreos y un rival muy temible en los saques de esquina. Por primera vez en mucho tiempo, un rival ha conseguido más saques de esquina que el conjunto hispalense, siendo el tanteo final de nueve a cuatro para los locales.
En el apartado de libres directos el cuadro hispalense salió ganando, con 21 a favor por 16 de sus rivales. Esto fue debido en gran parte a la dureza defensiva del club malagueño, que realizó hasta 19 faltas, mientras que el Sevilla hizo 14. Esto se saldó con dos tarjetas amarillas para cada equipo.