El pasado fin de semana ante el Rayo Vallecano, el filial cerró la primera vuelta de la Liga 123. Comienza la segunda vuelta con un total de 31 puntos, y se encuentra séptimo en la clasificación. Si los chicos de Diego Martínez siguen al ritmo que han llevado durante estos cuatros meses, pronto podrán certificar su permanencia en la categoría de plata.
Como ya ocurriese en la pasada temporada, uno de los puntos fuertes de este filial son los partidos que juega en casa, con el apoyo de su afición. Este año ha podido disfrutar del Ramón Sánchez-Pizjuán debido a las obras que se están realizando en la ciudad deportiva, y esto ha supuesto una motivación para los jugadores. De los diez partidos disputados como locales, los pupilos de Diego Martínez, han cosechado un total de seis victorias, tres empates y una sola derrota ante el Reus por la mínima. 21 puntos son los conseguidos en casa.
Como equipo visitante, se ha disputado un partido más, 11 en total. El balance es mucho más negativo, solo ha ganado en dos ocasiones lejos de Sevilla, frente a Numancia y Córdoba. Además ha conseguido cuatro empates y cinco derrotas, lo que supone los diez puntos restantes.
Es un equipo que ha demostrado desde su llegada a la división de plata que está preparado para asumir cualquier problema. Uno de los más notables esta temporada ha sido el de las lesiones. Comenzó la temporada con la terrible noticia de la lesión de Carlos Fernández que lo mantendría mucho tiempo alejado de los terrenos de juego. Más tarde sufrió otras dos bajas importantes como fueron las de Carrillo, que volvió al terreno de juego el pasado partido tras dos meses de lesión, e Ivi que fue amonestado con un total de cuatro partidos. Bajas que tanto el técnico sevillista como el resto de jugadores han sabido suplir. La última baja de la enfermería del filial es la del arquitecto Borja Lasso, que tiene un esguince en la rodilla derecha que lo mantendrá ocho semanas de baja.