El Sevilla FC dejó muy buenas noticias en su enfrentamiento ante el RCD Espanyol. La victoria ante los catalanes por 2-0 pone a los hispalenses en segunda posición, empatado a puntos con el Atlético de Madrid y a tres del Real Madrid con un partido menos. Solo cabe destacar un lunar en una jornada ideal para el Sevilla Fútbol Club: la expulsión de Thomas Delaney. Una airada protesta tras una falta de Fernando en la zona medular, acompañada de sarcásticos aplausos, no gustó nada a González Fuertes, que optó por sacarle dos amarillas en menos de un minuto. Hasta ese momento, el rendimiento del danés estaba siendo muy alto, habiendo partido de la titularidad junto a Jordán y Rakitic.
Delaney, 65 minutos de buen juego
El once inicial del Sevilla FC trajo las primeras noticias alrededor de la figura de Delaney. Dentro del plan de rotaciones de Julen Lopetegui para afrontar esta maratón de partidos, y mirando de reojo al Wolfsburgo, el técnico optó por darle cabida en la alineación en lugar de Fernando, una pieza fundamental en el eje. Partía desde la posición de pivote, un paso por detrás de Rakitic y Jordán. Como todo, podía salir bien o mal, y sucedió lo primero. El ex del Borussia Dortmund tomó asumió su rol y lo entendió a la perfección. Fue un seguro delante de la defensa, interceptando hasta tres balones aéreos. Provocó un fuera de juego, solo fue regateado una vez y realizó una falta.
En faceta ofensiva, fue la llave para sacar el balón jugado. Su precisión fue clave y así lo dicen sus números: un 93,6% de acierto en pases que contribuyó en gran medida al dominio blanquirrojo. Culminó con éxito ocho pases largos, una manopla en la bota. Las noticias para el Sevilla FC eran inmejorables, con ventaja en el marcador y teniendo bajo control al Espanyol.
El Sevilla FC soportó su ausencia
El panorama era muy favorable hasta que se torció transcurridos 65 minutos de juego. Fernando fue sancionado con falta en el centro del campo, sin aparente peligro para la portería del Sevilla FC. En ese momento, saltó Thomas Delaney, que no vio falta en ninguna parte, contra González Fuertes y fue amonestado con amarilla. Acto seguido, aplaudió al colegiado y fue castigado más duramente con la segunda cartulina y el camino a vestuarios. La peor de las noticias que podía recibir un Sevilla FC que tenía muy cerca los tres puntos. Sin embargo, la afición empujó y se logró el objetivo. La escuadra andaluza demostró quién es el Sevilla Fútbol Club, un equipo que se sobrepone a la expulsión del que estaba siendo uno de los mejores del choque. Delaney deslumbró hasta que perdió los estribos. Le tocará aprender a controlar los nervios.