El Sevilla comenzó la temporada con buen pie venciendo al Rayo Vallecano en la primera jornada de Liga. Pablo Machín y sus pupilos pudieron continuar la línea triunfante que arrastraban en las fases previas de la Europa League y brindar tres puntos a su afición. El partido sirvió para sacar conclusiones en claro y los números tras el partido hablan por sí solos.
Contundencia en área rival
Lo que caracterizó al Sevilla de Machín en Vallecas fue la solvencia que tuvo en el área franjirroja. Un factor que achacó en partidos anteriores pero que esta vez sirvió para cerrar el partido en la primera mitad. De ocho disparos a puerta, cuatro de ellos acabaron siendo gol sevillista y parte del resto desembocaron en los seis saques de esquinas que dispusieron los nervionenses. Mucha presencia en la parcela vallecana.
Por su parte, el Rayo Vallecano también firmó una estadística similar, pues realizó un total de dos tiros a puerta durante los noventa minutos y uno de ellos -el penalti de Embarba- acabó siendo gol. Aunque Vaclík no tuvo mucho trabajo, los locales presentaron una buena estadística en relación tiros y aciertos.
Posesión repartida
El Sevilla salió victorioso en el reparto de la posesión del balón pero no se despegó demasiado del Rayo Vallecano. El 52% del control del cuero no empañó el 48% de los locales. Y es que, con el resultado en contra, el Rayo Vallecano dio un paso adelante con el balón y el conjunto de Pablo Machín se replegó para aprovechar los espacios. Asimismo, el Sevilla le puso inconvenientes a los vallecanos cortando la mayoría de jugadas, mediante robos o faltas -hasta 17 realizó en el encuentro-. La salida de Ever Banega del terreno de juego también hizo que el Sevilla tuviese menos posesión del balón y el Rayo Vallecano aprovechase el último tirón para buscar la épica.
La estadística de André Silva
El gran protagonista del partido fue el ariete luso. Con su hat-trick brilló con luz propia y despejó las dudas que se cernían sobre él. Hacía 25 años que un jugador no debutaba en la primera jornada de Liga con tres goles. El último en conseguirlo fue Romário en la 93/94 ante la Real Sociedad en un partido que acabó con 3-0 a favor del Barcelona. Y ahora, André Silva se sumó a este selecto club de debutantes de oro.