El «Culebrón Monchi» sigue estrenando nuevos capítulos. Desde que en verano se formase tal revuelo, Monchi ha sido uno de los temas principales del Sevilla este año. Se hablaba mucho de él a principio de temporada, sin embargo, el aspecto futbolístico fue ganando peso. El «Amateurismo» de Sampaoli, la Champions y las opciones de quedar campeón de Liga eclipsaron por completo el tema Monchi. Parecía que el ex portero sevillista tenía un proyecto ambicioso en sus manos y que, de esa forma, seguiría en el club. Sin embargo, en su último viaje a Londres, Monchi estuvo reunido con directivos de la Roma para cerrar su contrato.
Entrando en la recta final de la temporada, el Sevilla se ha desinflado como un globo cuando toca un cáctus. La eliminación de Champions, el mal juego que en los últimos encuentros ha ido acompañado de malos resultados y, ahora, la salida de Monchi han hecho que el conjunto hispalense esté atravesando la mayor crisis de la temporada, sin olvidar las lesiones por el «Virus FIFA».
Desde las oficinas sevillistas se guarda silencio. En Nervión no han hecho declaraciones oficiales al respecto, cuando en múltiples ocasiones anteriores lo han hecho. José Castro, estalló en la SER diciendo que «sólo sé que Monchi está en el Sevilla y que si se va o no hay que preguntárselo a él. Pregúntenle a Monchi«. Este tema parece ya causas crispación en la directiva, quizás porque son meros rumores o quizás porque se enfrentan a un reto difícil de encauzar. La cláusula del actual director deportivo sevillista para salir es de 5 millones, sin embargo el 1 de julio se verá reducida a 2,5 millones.
El mayor problema ahora mismo no reside en Monchi se va o Monchi se queda, sino en la planificación de la temporada que viene. El nombre que con más fuerza ha sonado es Óscar Arias, el segundo hombre del equipo de trabajo de la dirección deportiva, y a quien ya se le ha podido ver por los entrenamientos del primer equipo. A pesar de todo, hasta que el club no lo haga oficial, son especulaciones, muy claras, pero especulaciones al fin y al cabo.