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Y si

Andamos los aficionados al Sevilla Fútbol Club restregándonos los ojos cada dos por tres. A pesar de que llevamos hablándolo desde hace algunas semanas, la victoria del Granada sobre el Barcelona el pasado jueves nos ha hecho creer un poco más en la posibilidad del milagro. “Y si” se ha convertido en el inicio de cualquier conversación alrededor de nuestro equipo. Un equipo que, a la chita callando, ha ido acercándose a la cabeza sin hacer ruido, como un león que se desliza por la sabana con sigilo para cazar la presa a poco que se distraiga. Así hemos llegado todo lo lejos que hemos podido, hasta que, al colocarnos a tres puntos de la cabeza, han saltado todas las alarmas en los rivales.

Resulta complicado escribir este artículo antes de que Sevilla Fútbol Club y Athletic Club de Bilbao diriman un encuentro en el que a lo máximo que podemos aspirar, es a continuar a tres puntos del líder cuando falte un encuentro menos por disputar que la semana pasada. Si ganamos lo tendremos aún más difícil que siete días atrás, pero lo cierto es que ya hemos dado el cante, ya empiezan a hablar de nosotros. Y si alguien quiere pruebas de que preocupamos a los que nos preceden, ahí está lo que se le puede decir un clásico entre las manipulaciones de final de liga, la oferta que dice que prepara el capo de la Superliga, don Führentino, apodo acuñado para quien todos sabemos por el gran Cazón Palangana, por nuestro defensa Jules Koundé. Una oferta ridícula la que se ha conocido en estos días y de la que se ha hecho eco La Colina de Nervión, que no busca hacerse con el futbolista sino que trata de desestabilizar a uno de nuestros principales baluartes, pieza básica del equipo para llegar hasta donde ha llegado y poder soñar con eso que le seguiría al Y si… que ninguno queremos pronunciar. Para nuestro equipo de investigación podría ser un buen trabajo el de tirar de hemeroteca y buscar los posibles fichajes que el equipo de ese señor ha insinuado hacer entre los rivales con los que se ha jugado un título. Debe de estar en el manual de instrucciones de tan preciada fábrica de merengues y bocatas de calamares.

Es de esperar que si el Sevilla Fútbol Club vence a los leones, la oferta continúe siendo noticia, incluso pueda llegar a ser más suculenta a lo largo de la semana, aunque luego, gane o pierda el Sevilla en Valdebebas, decaiga, al menos hasta que el capo pueda conseguir limpiar las telarañas de su caja fuerte, cosa que de momento no ha podido hacer a costa del resto de equipos europeos no invitados a su festín mediático.

Estas cosas son las que ocurren por tratar de ir a llevarnos la tarta de un festín al que hay quienes creen que no estamos invitados porque les pertenece en exclusiva. Y ante esto, lo único que nos queda es resistir. Y para ello, no solo hace falta que los jugadores hagan oídos sordos a esos cantos de sirena, partituras envenenadas que solo buscan anular las posibilidades de un equipo inexperto en estas lides, porque solo llega en muy contadas ocasiones a estar posicionado como para llegar a soñar con algún milagro. Bien haríamos, además, los aficionados en callar, en no finalizar la frase Y si…, en evitar presionar a unos futbolistas y a un entrenador que han colocado a nuestro club muy por encima de lo que indicarían las diferencias de presupuestos con quienes nos jugamos un título que, a día de hoy, queda aún muy lejos y continúa siendo una quimera, por mucha ilusión que nos haga a todos.

Hoy más que nunca es importante la filosofía del partido a partido. De tratar de ganar hoy y olvidarse de otra cosa que no sea preparar el siguiente encuentro. Porque el título está muy lejos y es un sueño, pero también quedar tercero es aún mejor que cuarto, y ni digamos poder llegar a ser segundos. Todos los retos por conseguir serían bienvenidos porque también somos los únicos de los cuatro que ya hemos cumplido con el objetivo que soñábamos al iniciar la liga.

Ganar hoy nos daría tres puntos importantísimos y mucha fuerza para ir a Madrid y romper con otro de nuestros maleficios, dar la talla ante equipos a los que todavía nos cuesta mirarlos de frente.

El próximo Jul y Gan que escribamos será el número 200. Soñamos con hacerlo con seis puntos más en la buchaca y con las esperanzas intactas para un milagro de tal calibre que merecería al menos una beatificación directa en El Vaticano. No sé a ustedes, pero en casa, Jul y Gan no dejan de comparar este momento con la fase final de la Europa League del año pasado. Primero cayó la Roma, luego el Wolverhampton, más tarde el Manchester United y, finalmente, el Inter de Milán. Si entonces fue así, ¿por qué no ahora? El futuro se construye hoy. A las nueve de la noche. Saquen sus velas, adornen sus altares.

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