Parece que la suerte no acompaña del todo al Sevilla FC Femenino. Es cierto que hemos podido disfrutar de una evolución que no ha dejado indiferente a nadie y que nos ha hecho disfrutar en estos últimos partidos. Sobre todo, en las dos últimas jornadas. Sin embargo, en dos ocasiones, la RFEF se visto obligada a suspender un partido del equipo hispalense a causa de casos de COVID-19 en los equipos rivales.
El Levante UD tendría que haber visitado al Sevilla FC Femenino de Cristian Toro en la primera jornada intersemanal de la temporada. No pudo ser debido a los positivos en el club granota. Esta suspensión afectó poco al ritmo de competición, ya que seguirían jugando con los plazos ordinarios. En la visita a Riazor del fin de semana el equipo cumplió y se trajo los tres puntos. Tras la victoria, tenían que pensar en el partido ante el SD Eibar. Este complicado rival debía ser una prueba en la que medir el buen estado de las sevillistas, pero de nuevo la situación ha obligado a que se aplace la jornada intersemanal para el equipo sevillano.
Ya son dos los encuentros que tiene aplazado el Sevilla FC Femenino y en uno de sus mejores momentos. Esta situación que viven otros equipos de la Primera Iberdrola está levantando serias dudas sobre la eficacia del protocolo y de cómo afecta a la competición. Muchos ya hablan de la adulteración de la misma. ¿Por qué? Un ejemplo lo tenemos en el FC Barcelona. Las de Lluís Cortés han estado dos jornadas consecutivas sin poder jugar y, con lo acontecido recientemente, parece que tampoco lo harán este fin de semana frente al SD Eibar.
Aunque estos partidos están programados para jugarse, no es seguro que se pueda hacer. Las fechas son ya ajustadas tras el inicio de la liga con casi un mes de retraso y el número de equipos que sufren contagios parece subir como la espuma. ¿Qué pasará entonces con esos puntos?. Según el reglamento, se debe jugar el cincuenta por ciento de la liga para poder dar por terminada la temporada con un ganador, tres equipos de Champions y cuatro descensos. Visto lo que está sucediendo en estas últimas semanas, ¿de qué manera se podrá llegar a esa cifra? Si no se juega la primera vuelta, ¿se disputarán partidos de la segunda para llegar a ese cincuenta por ciento? ¿Se parará la competición y se disputarán los encuentros que no se han podido jugar?
Son muchas las voces que piden a la RFEF que se pueda jugar a pesar de que exista un positivo, como ocurrió con Hazard en el Real Madrid. Se aisló al jugador y se pudo disputar el choque programado para esa jornada. Sería una buena solución pero, a diferencia de equipos de fútbol masculino, muchas jugadoras comparten piso. ¿Se apartarían todas del grupo al tener contacto directo? Según la norma aplicada a la población general, debería ser así, pero afectaría entonces a la competitividad del equipo que podría perder a más de una pieza clave. ¿Sería esto una desventaja que podría adulterar aún más la competición?
La situación no da tregua y las gestiones por parte de los responsables de la competición parecen ser insuficientes. Hasta que el fútbol femenino no sea una competición profesional seguiremos siendo testigos de cómo se toma todo con más calma de la necesaria, haciendo poco caso a lo que necesita de verdad esta competición.