Un mojón

Un jarro de agua fría fue lo que recibimos los sevillistas la madrugada del sábado, un jarro de lo más desagradable a pesar de la canícula porque, pese a que un mal partido lo puede hacer cualquier equipo, lo que vimos fue algo más que eso, un oscuro presagio de lo que puede deparar en lo que resta de temporada al Sevilla FC, un equipo fatigado y con escaso fondo de armario, como ya apuntaron los encuentros frente a Levante o Villarreal. Si todos los resultados que se han sucedido en el reinicio de la temporada podían tener una interpretación positiva, el partido frente al equipo pucelano provocó un cambio brusco en nuestra percepción y reveló todas aquellas interpretaciones negativas que también deberíamos haber hecho y que, de alguna forma, podríamos haber vislumbrado desde principios de temporada.

Me sorprendió que Jul y Gan coincidieran al reconocer el gran empaque que ha mostrado el Sevilla FC a lo largo de la era Lopetegui.

– Se ha visto siempre un equipo fuerte, sólido, que ha mostrado sus cualidades incluso en días aciagos como frente al Barcelona en el Nou Camp o al Eibar en Ipurúa- afirmó Gan.

– Nada que ver con esa escuadra sin carácter, acojonada muchas veces, que no daba la talla ante equipos agresivos en temporadas anteriores -apuntó Jul.

– La defensa, muy bien- continuó Gan.

– Pero la delantera, un mojón como el sombrero de un picador- destacó Jul.

Ambos estaban de acuerdo al admitir que el equipo ha cimentado su éxito en un sistema defensivo sólido, a pesar de la débil defensa zonal en las jugadas a balón parado. Esto ha hecho que el Sevilla FC sea uno de los equipos que más puntúa fuera de su estadio, algo muy diferente a lo que era tradicional y que nos hizo perder clasificaciones para Champions en más de una ocasión. Sin embargo, el comportamiento del sistema ofensivo, y la pérdida de puntos en casa, la mayor también en años, son las causas de que ahora hayamos virado nuestra mirada a la clasificación, anteriormente hacia arriba y esperanzada, a la de hoy, hacia abajo y dubitativa. Y, y en esto también coincidían Jul y Gan, no es cuestión de echar tanto la culpa a De Jong o a En-Nesiry, que alguna tienen, como de que la forma de atacar se ha vuelto tan previsible como inofensiva.

– ¡Es el sistema!- gritaba un cabreado Jul, cada vez más rojo por la conversación y por la temperatura.

– ¿Y qué me dices del banquillo que tenemos?- preguntó Gan-. Otro mojón.

Si a la falta de gol del equipo, motivada por la inoperancia de los delanteros y la debilidad del sistema de ataque, se le suma una plantilla corta en lo cuanti y en lo cualitativo, el riesgo de que resultado al finalizar la temporada sea decepcionante aumenta cada partido. Y si no fuera por el petardazo de nuestros perseguidores, Real Sociedad, Getafe o Valencia -que no Atlético de Madrid, que es un santiamén nos ha dejado atrás-, el panorama sería ahora mucho más sombrío.

El equipo está dando muestras de cierto agotamiento físico y psíquico. La defensa carece de sustitutos de garantías, y en algunos puestos, como el de un Jesús Navas que con 34 años lo está jugando todo, ni siquiera sin garantías, porque Pozo se fue en busca de minutos y no vino nadie a sustituirlo. Tan solo Escudero ha mostrado capacidad para reemplazar a Reguilón en el lateral izquierdo, y Sergi Gómez no ha dado el nivel que necesitaba el equipo en los minutos que dispuso. Y mientras el centro del campo sí que parece tener alguna alternativa, a pesar de la fatiga creciente de Fernando, en la delantera no aparecen, visto el nivel sonrojante de Rony Lopes, camino de ser uno de los fiascos históricos del Sevilla FC, junto al fichaje dl uruguayo Marcelo Otero, el regreso de Jesuli o aquellos tiempos escalofriantes de Colussos, González de Caldas y compañía. Porque no es solo Rony Lopes. El regreso de Suso, que tantas esperanzas nos suscitó al principio, ha sido decepcionante, como si el coronavirus le hubiera sorbido su compromiso.

Este martes tendremos una prueba de fuego para volver a levantar la cabeza, ante un equipo que se juega sus últimas oportunidades para no perder la categoría. Un Leganés herido, agresivo, con varios jugadores con cuentas pendientes con su antiguo equipo, puede ser muy peligroso

– Miedo me da conocer la alineación que saque Lopetegui- señala Jul-. Porque si sale el equipo titular podría estar más que fatigado, y si aparecen demasiados suplentes porque vuelva a pasar lo de Levante.

– ¿Cómo es posible que el entrenador no haya ganado al resto de jugadores para la causa?- se pregunta Gan.

Demasiadas dudas, muchas preguntas sin respuesta. ¡Y lo que queda de temporada!

– ¿Ganaremos la UEFA?- pregunté yo, más que nada porque me dieran bola en la conversación, para dejar de ser el De Jong de la casa.

– ¿La UEFA? -respondió Jul-. Tú lo que vas a ganar es un mojón.

Y ahí terminó todo. Que el martes regrese el optimismo. Y se alejen los mojones.