Uno de los héroes del partido entre el Sevilla FC y el FC Barcelona está en la lista de fichajes deseados del rival. Se trata de Jules Koundé, central que sigue exhibiéndose en cada encuentro y cuya progresión ha suscitado un interés real entre los clubes más poderosos del mundo. Sin embargo, el Barça no podía alcanzar las exigencias nervionenses y tuvo que recular en su intención de hacerse con el central francés.
Siempre atento al Sevilla FC
El club catalán siempre está pendiente del trabajo de Monchi…. o así lo indica un largo historial de jugadores. En esta ocasión, Jules Koundé fue el objetivo en el mercado invernal del FC Barcelona. Según Mundo Deportivo, el francés figuraba en la lista de posibles fichajes para el puesto de central, en la que también están Eric García (Manchester City) y Pau Torres (Villarreal). Su buena salida de balón, su dominio en el juego aéreo y su continua progresión llamaron la atención de los culés. No obstante, al igual que a los otros clubes interesados, Monchi exigió su cláusula de rescisión. Una cantidad a la que el FC Barcelona no puede alcanzar debido a sus numerosas deudas económicas. Finalmente, Koundé sigue con la elástica nervionense y fue decisivo en las semifinales entre Sevilla FC y FC Barcelona, anotando el primer gol y dando -una vez más- un recital en defensa.
La importancia de una cláusula alta
Salvo Reguilón, que estaba cedido, y Banega, que acaba contrato, el Sevilla FC ha conseguido mantener en el mercado de fichajes a los jugadores claves durante tres ventanas de mercado de fichajes. Monchi se adelantó a los acontecimientos estableciendo cláusulas altas a todas las incorporaciones desde su vuelta a Nervión. Ahora el Sevilla FC puede rechazar sin contemplaciones ofertas jugosas sin correr el riesgo de que se lleven al jugador sin negociar, como ya ocurrió con Vitolo o Aleix Vidal. Sin embargo, no parece que el Sevilla FC vaya a mantener mucho tiempo a Jules Koundé. Además de calidad, posee juventud y mentalidad ganadora. Las tres aristas más importantes que hacen que un club pague cantidades desorbitadas por un deportista. Y es que, por cada minuto que juega, su cotización sube y justifica cada céntimo que paguen por él.