El peso excesivo de las expectativas

Mucho se habla en la prensa de que existen jugadores en el Sevilla FC que no se encuentran al mismo nivel que la temporada pasada. Cuando realizas una temporada muy buena tanto a nivel grupal como a nivel individual, te arriesgas a poner el listón en una altura que los demás pueden percibir como asequible para tus capacidades, cuando en realidad la excelencia no se consigue todos los días.

El efecto de los mensajes que nos decimos

Queda claro que los jugadores del Sevilla FC, cuando saltan al campo, tienen en la cabeza muchos pensamientos; la importancia del partido, los jugadores rivales, el estilo de juego del rival, el plan que ha preparado el entrenado, las indicaciones personales que me ha dado… Cuando, además de todo esto, le añadimos exigencias normales que se inducen los propios jugadores: “quiero demostrarle al míster que puede confiar en mí”; más los mensajes que lee en prensa: “tengo que marcar… son muchos partidos ya sin hacerlo”, el listón va subiendo más y más, los objetivos de cada jugador en ese partido se vuelven más complejos y no cumplir los mismos puede ser percibido como un fracaso cuando en realidad puede que no lo sea.

Por lo tanto, a veces, debemos tener en cuenta que lo que es un buen o un mal rendimiento puede ser muy subjetivo y puede estar determinado por las expectativas que teníamos en ese jugador. A muchos jugadores les puede venir bien entrenar esa relativización y esa reevaluación para flexibilizar el pensamiento dicotómico reduccionista (“estoy a un buen nivel” / “estoy a un mal nivel”) que solemos oír.

Las expectativas durante el partido

Una dura crítica puede ser mal gestionada por un futbolista y le puede condicionar uno o varios partidos, si a eso le sumamos que normalmente son más de una las críticas que reciben, empezamos a entender cómo muchos futbolistas juegan condicionados por las consecuencias que pueden tener sus acciones y su rendimiento. Cuando un jugador no ha sido capaz de gestionar esta presión puede sentir miedo en la toma de decisiones, puede ejecutar mal técnicamente disparos que tiene muy dominado, puede caer en síntomas de apatía o tristeza, puede ver como disminuye su autoestima y su valía a nivel deportivo…

Cómo soportar esa presión

Como comentábamos anteriormente, el jugador debe ser consciente en todo momento de cuáles son sus capacidades, cuales son sus objetivos personales y cuáles son las indicaciones que le da su entrenador para el partido en cuestión. El jugador está expuesto a las críticas y comentarios de la prensa, y eso es algo que debe de aceptar y normalizar, pero debe saber hasta que punto frenar o dejar de oír estos comentarios, puesto que, si un jugador acaba creyéndose lo que comentan de él, este será el pensamiento con el que el jugador salte al campo el próximo partido.

Ser capaz de reevaluar cognitivamente el rendimiento y el partido que acabo de jugar para ser consciente de todo lo que he hecho, lo que puedo mejorar y lo que estoy haciendo bien es fundamental para que un jugador se vaya a casa con confianza y seguridad en él mismo, y pueda ser más capaz de afrontar el siguiente entrenamiento sin dudas de su capacidad y nivel.

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