La figura del guardameta en el fútbol va ligada siempre a debate. El portero es el único jugador que nunca puede fallar, ya que de hacerlo se traduce en un gol del rival. Sergio Rico recibió una sonora pitada el pasado partido frente al Liverpool, en un partido en el que al guardameta sevillista poco hay que achacarle. De los tres goles que encajó el canterano, solo puede decirse que falló en uno. Sin embargo, Sergio Rico realizó dos intervenciones que fueron determinantes para que el Liverpool no hubiese aumentando la ventaja y dejar al Sevilla prácticamente sin opciones de remontada.
Los pitos a Sergio Rico
El debate que existe con el canterano no es otro que sus salidas de portería. A Rico se le pita por la falta de contundencia en el juego aéreo y no salir de la portería. De hecho, el tercer gol se produce en parte, porque el guardameta sevillista decidió no salir a Mané. Aun así, Rico desvió el disparo y el rechace acabó en los pies de Firmino que remató a placer para establecer el tercer gol. No solo fue fallo del portero, los Reds consiguieron ganar la espalda a la defensa sevillista en más de una ocasión.
Los tres goles del Liverpool estuvieron propiciados por fallos en la defensa sevillista. Los dos primeros tantos fueron una copia exacta. Coutinho centró desde el saque de esquina al primer palo. Ambas veces el equipo inglés se impuso a la defensa sevillista. En el primer gol fue Firmino quien ganó el segundo palo y libre de marcas hizo el primero de la noche. Tras Firmino, Mané volvió a aprovechar un segundo palo descubierto para seguir ampliando la ventaja visitante. Dos goles en los que poca culpa tuvo el guardameta de Montequinto.
Dos intervenciones salvadoras
Si Sergio Rico no estuvo acertado en la jugada que propició el tercer gol inglés, realizó dos intervenciones fundamentales para la remontada sevillista. En el minuto veinte, Henderson filtró un pase a la espalda de Lenglet. Firmino recibió el pase a la espalda del francés y acabó mano a mano con Rico. Su disparo cruzado lo taponó el portero sevillista desviando el balón a córner, evitando lo que hubiese sido el cero a dos.
Su segunda intervención clave, también fue en un mano a mano. Al filo del descanso, Coutinho asistió a Salah, quien ganó la espalda de Geis y Lenglet. El delantero egipcio se internó en el área y disparó a portería. Sergio Rico volvió a taponar el disparo, pero necesitó de la ayuda de Lenglet para que el rechace no acabara dentro de la portería sevillista.