Uno de los aspectos más comentados durante el partido del Sevilla FC contra la AS Roma ha sido la concentración. En un partido al que se llega con ventaja al descanso, es muy común darle importancia a aspectos como mantener la cabeza fría y no salirte del partido en la segunda parte. Hoy, desde la psicología deportiva, vamos a desgranar algunos de los componentes del factor concentración en el rendimiento deportivo.
La importancia de la concentración
El transcurso de los partidos está repleto de variables o momentos imposibles de predecir. Del mismo modo, un partido tiene dinámicas y ritmos muy variables, pero la concentración de los jugadores debe mantenerse al máximo nivel para, entre otras cosas, evitar errores no forzados, aprovechar los momentos de desconcentración del rival o no salirte del partido en momentos con menos ritmos o tensión. Trabajar este aspecto del juego es muy importante para ser un rival difícil de vencer.
La función individual y la estrategia como equipo
Es muy importante saber a qué debes atender cuando el partido pase por momentos difíciles, ya sea porque el otro equipo este jugando muy bien o porque el partido esté más trabado de la cuenta. Muchos equipos aprovechan los fallos de concentración del rival y consiguen, con movimientos rápidos e inesperados, superar al oponente. Si un equipo sabe a qué debe prestar atención en cada momento del partido es muy difícil generarle esos errores. Del mismo modo, conocer la importancia de los aspectos a atender permite a los jugadores recuperarse de momentos de frustración o ansiedad cuando las cosas no salen como uno espera.
La concentración y la gestión emocional
Es muy sencillo decir que los jugadores deben tener la cabeza fría cuando están expuestos a momentos tensos a nivel emocional, ya sea cuando el rival se pone duro y empieza a hacer provocaciones o cuando hay que defender un resultado y el otro equipo está atacando mucho, pero en la realidad no es tan simple. El nivel de activación influye en la concentración de los jugadores.
A nivel mental, un aumento excesivo de esta activación generada por los nervios o provocaciones hace que la concentración se dificulte, los jugadores pierden la capacidad de atender de manera amplia los estímulos y alternativas disponibles en todo su campo de visión y realizan una toma de decisión más impulsiva e imprecisa. Trabajar con la psicología deportiva durante los entrenamientos estos momentos de estrés es clave durante los partidos.
La concentración y el exceso de confianza
La confianza en el rendimiento influye negativamente, tanto cuando es muy baja como si es muy alta. Tener un nivel adecuado de confianza ayudará a los jugadores a mantener la concentración óptima durante los partidos. Cuando un partido se pone muy a favor, se juega con mucha superioridad y se percibe una ventaja superior a la que el marcador refleja. Sin embargo, los equipos pueden tener momentos de excesiva confianza, lo que repercute negativamente en la atención. Un exceso de confianza provoca que los jugadores se relajen y tiene el efecto opuesto en lo que comentábamos antes. Cuando la activación es baja, la atención se vuelve difusa, por lo que los jugadores cometen errores como perder su marca, tener una velocidad de reacción más lenta y una toma de decisiones menos segura.
Tal y como demostró el Sevilla FC ante la AS Roma, la psicología deportiva juega un papel importante en cada partido. Conocer cuáles son los momentos claves en los que la concentración puede jugar un papel fundamental durante los partidos es importantísimo, no solo para que el rival no se aproveche de tus errores sino para que tú puedas generar los suyos. Las ventajas durante los partidos son difíciles de gestionar, pero mantener el foco en tu trabajo de equipo, en tu función individual y gestionar distracciones o provocaciones del rival ayuda a que tu seguridad y confianza se mantenga a tu favor la mayor parte del tiempo.