Paso atrás en las negociaciones que mantienen Sevilla y Manchester para el traspaso de Navas a la entidad de Nervión. Si hace unos días informábamos sobre el acuerdo verbal que habían alcanzado ambos clubes al respecto, la situación ha cambiado sustancialmente. Las posturas ahora se encuentran algo más alejadas, pero aún así, el objetivo sigue siendo que Jesús Navas juegue en Nervión la próxima temporada.
Según ha sabido esta redacción de fuentes cercanas a la negociación, los motivos del retroceso son de índole económica. En el seno de la dirección del Sevilla no termina de convencer el tope de 12 millones de euros que podría alcanzar el importe total del traspaso. Piensan que es una cantidad demasiado alta para un futbolista que acaba contrato el próximo año y cuyo valor de traspaso disminuye conforme pasan los días y las semanas. Desde un principio, el ideal buscado por el club andaluz era que no se tuviera que pagar traspaso alguno por la vuelta del Duende de Los Palacios. Sin embargo, la predisposición del Manchester a negociar por él, allanó el camino y abrió la puerta al inicio de las conversaciones con el club inglés.
Llegará tarde o temprano
Esto no quiere decir que la idea de la dirección deportiva no sea la de contar con Jesús Navas para el próximo curso. Al contrario; las negociaciones entre ambas entidades prosiguen y en el seno del club hispalense se da por hecho —de puertas para adentro— que Jesús llegará tarde o temprano para enfundarse el 16 a la espalda esta misma temporada. Cuanto más tiempo pase, menor será la cuantía que tengan que pagar por ello y tanto Sevilla como Manchester son sabedores de ello.
El City no lo regala
El Manchester, por su parte, defiende sus intereses y para ello utiliza todos los medios a su alcance. Sin ir más lejos, ha inscrito al jugador en la lista de futbolistas que disputarán la ronda previa de la Champions League. Si Jesús Navas disputase algún minuto de esa ronda con el club inglés, quedaría inhabilitado para jugar con el Sevilla en la máxima competición continental esta temporada, al no permitir UEFA que un mismo futbolista dispute una competición con dos clubes diferentes en el mismo año. Es una clásica manera de presionar al equipo comprador y defender los intereses económicos del equipo poseedor de los derechos del futbolista.