Luis Muriel estuvo la pasada noche en el plató de SFC TV para ser entrevistado por Roberto Arrocha en su programa, ‘A Balón Parado’. El punta hizo un repaso de sus primeros meses como jugador del Sevilla FC, reconociendo que el comienzo no fue nada sencillo bajo la dirección de Eduardo Berizzo. Sin embargo, desde la llegada de Vincenzo Montella, su panorama ha cambiado, donde la afición está comprobando su mejor cara , siendo titular y haciendo goles con más asiduidad, como el que le hizo al Leganés en las semifinales de la Copa del Rey: “Marcar este tipo de goles y saber que lo están haciendo bien, te da confianza y felicidad. Lo quise celebrar con Pablo porque fue un gran pase”.
Gracias a los goles que viene realizando en los últimos encuentros, dan fe del gran trabajo que está realizando diariamente, respodiendo de esta manera a la confianza del entrenador italiano: “Nunca perdí la sonrisa, en el momento de dificultad que viví, siempre mantuve la alegría, sabía que era un momento que tenía que vivir para recoger después los frutos de ese sufrimiento, tenía que ver cómo el trabajo no era retribuido con resultados y era duro”.
Para darle la vuelta a la difícil situación del comienzo de temporada, ayudaron dos factores. Uno de ellos fue el aspecto psicológico. Explicó cómo lo llevó a cabo: “Me refugié en mi mujer y en mis niñas, con mi familia intentaba desconectar, pero los pensamientos negativos también me condicionaban a la hora de entrenar, no me reconocía en los entrenamientos, quería demostrar pronto por qué me ficharon y cometía errores que no eran míos, que no eran propios de mí. Tenía una etiqueta, pero si cambiaba, iba a ganar mucho, psicológicamente cambié y me desquité de eso, de esos pensamientos. Mi representante y su equipo venía constantemente a hablar conmigo, era cuestión de hacer clic en la mente y tener pensamientos positivos concentrándome en todo lo bueno que yo podía hacer”.
El segundo de los factores que le han ayudado a mejorar fue la llegada al banquillo del Sevilla de Vincenzo Montella, que ya lo tuvo en la Sampdoria, con resultados satisfactorios: “Habla mucho conmigo, desde que llegó me pedía que fuera fuerte, que sabe que soy muy bueno y que tenía que hacer veinte goles. Me dijo que en esta liga hay más espacios y puedo aprovecharlos para hacer muchos goles, que confiara en mí”.
El delantero colombiano demuestra que el club no se equivocó en el desembolso realizado por sus servicios, pero reconoció que “aún puedo dar más, creo que estoy al sesenta o setenta por ciento de lo que puedo dar de mí. Espero poder estar aquí muchos años, y que junto con la afición disfrutemos de mí y de mi talento, soy feliz aquí. Me dijeron que el Sevilla era un gran club y venía a una bonita ciudad, pero es mucho más que eso”.
Muriel ve cumplido su deseo de jugar para el club andaluz, un interés que ya venía de lejos, tal y cómo él mismo reconoció: “Desde diciembre de 2016 se oía que el Sevilla FC estaba interesado, yo hablaba mucho con Bacca y me lo aconsejaba. Mi representante me habló este verano de algunas ofertas, le dije que lo único que quería era venir aquí, estaba contento con la Sampdoria y tenía claro que si me movía era para venir aquí y no a otro equipo”.
Trayectoria nada sencilla
Por otra parte, habló de sus comienzos en el fútbol, un recorrido nada sencillo, viniendo de una familia bastante humilde, y por el cuál valora mucho todo lo bueno que le sucede: “Mi padre era taxista y allí hay muchísimos taxis, ganaba una media al mes de unos 20.000 pesos, lo que al cambio son unos siete euros. Con ese presupuesto mis padres no llegaban a fin de mes, así que yo colaboraba vendiendo boletos de lotería y unos abalorios que hacía mi abuela. Con el dinero que ganaba podía pagar el billete de autobús para ir a entrenar con la escuela Santo Tomás. Después de haber vivido con dificultades, se valora mucho más la vida, cada cosa que consigo tiene un valor más alto. Cuando gané mi primer sueldo con Udinense, cumplí un sueño, comprarle un taxi a mi padre porque él trabajaba para otra persona. Cuando salimos del concesionario, vi su cara de felicidad y eso que yo estuviera tranquilo”.
Para acabar, dedicó unas palabras de apoyo y ánimo a su compañero Sergio Rico, que tras un par de fallos está recibiendo muchas críticas: “Sergio está bien, sabe que tiene la confianza de todos nosotros, es un gran portero. Ha tenido partidos muy buenos y los seguirán teniendo, en la jugada hay una falta que le impide a él despejar y soltar el brazo como él quería. Sergio sabe que nos tiene a todos y que le queremos”.