En el Sevilla se percibe una estabilidad muy notable. El equipo va asimilando cada vez mejor las directrices de juego, mostrando eficacia a la hora de emplearse a la que solo le falta la puntería de cara a portería. Tras dos encuentros de gran dificultad saldados con un bagaje nada desdeñable, hay un futbolista que ha recobrado mucha confianza. Se trata del guardameta Tomas Vaclik, cuya última actuación en particular fue crucial para dejar un punto en el Sanchéz Pizjuán.
Aunque dejó ciertas dudas en encuentros como el de Eibar, el checo ha seguido trabajando sin cuartel para mantener la confianza del entrenador.
Vaclik, ejemplo de profesionalidad
La historia del fichaje del portero sevillista es bastante interesante. Tal y como comenta Orgullo de Nervión, Vaclik tuvo claro desde el primer momento que supo del interés del conjunto nervionense que solo saldría del Basilea para jugar ahí. Tanto fue así que, finalmente, decidió bajarse su ficha considerablemente. Incluso llegó a rechazar cifras mucho mayores provenientes de Inglaterra. En la secretaria técnica hispalense vieron este gesto con mucho agrado, prometiendo que si lograba consolidarse se revisaría su contrato.
Desde su llegada, Vaclík ha dado muestras de su enorme compromiso con el Sevilla desde el primer momento. Ha sido titular con todos los entrenadores con los que ha trabajado hasta el momento (Machín, Caparrós y Lopetegui). Ha disputado 62 partidos y sus actuaciones en general han sido más que correctas. Es por ello que, una vez conocida la situación por parte de Monchi, el director deportivo estableció el final del mercado de traspasos como fecha para empezar a negociar con sus agentes. Este hecho, tal y como afirman en Orgullo de Nervión, ya se ha producido, dejando a las claras la intencionalidad por parte del Sevilla de mejorar económicamente el contrato de Vaclik por su gran profesionalidad y desempeño con el conjunto nervionense.