Como si de un niño se tratase, Pablo Machín les ha enviado a sus majestades de Oriente su particular carta de deseos. En este caso, la misiva tiene un referente claro: la dirección deportiva sevillista. El técnico soriano necesita refuerzos que potencien a un equipo que baja claramente su nivel cuando los hombres de primera línea necesitan un descanso. Sin embargo, más prioritarias que las nuevas caras son las renovaciones que llevan meses sin cerrarse en Nervión. Ardura tarea la que tienen por delante en el mes de enero los despachos de la entidad rojiblanca.
Ansiadas renovaciones
La historia de nunca acabar. Dejado atrás el convulso verano en lo que al mercado se refiere, a escasos días de abrirse la ventana invernal, las renovaciones de dos de los pilares del equipo sevillista siguen sin acometerse. En la renovación de Pablo Sarabia se lleva trabajando casi un año. Tiempo más que suficiente para llegar a un acuerdo, sin embargo, aún existen diferencias en sus honorarios, por lo que el madrileño sigue tensando una cuerda argumentada en su actual valor y rendimiento. El otro caso es el de Éver Banega. Desde el club se muestran tranquilos pues el argentino ha dado su palabra de quedarse en Sevilla. Pese a ello, Unai Emery anda detrás del talentoso mediocentro y las alarmas en Nervión se han encendido. Su permisiva cláusula, al igual que la de Sarabia, abren cualquier posibilidad en este mercado de invierno. Sin duda, conservar lo bueno que tiene en su plantel es el principal deseo de Pablo Machín.
Necesarias incorporaciones
El nerviosismo y el ansia puede a los niños a la hora de escribir su carta a los Reyes. No es el caso del técnico sevillista. Machín lleva pidiendo con tiempo y públicamente la incorporación de nuevos jugadores que potencien lo que ya ha cimentado en Sevilla. Como prioridades un central y un punta. Machín quiere reforzar la zaga ya que apenas cuenta con un casi inédito Gnagnon y no tiene la regularidad de un Simon Kjaer que pasa asiduamente por la enfermería. Entre los candidatos se encuentran hombres como Calero, opción que parece diluirse, Ferrari o, como apunta La Colina de Nervión, el argentino Cristian Romero. La otra prioridad es la del delantero. Machín dejo claro en Butarque que no cuenta con Muriel, al que dejó calentando para ver cómo utilizaba antes a Nolito que al recambio puro de la dupla atacante sevillista. No obstante, Joaquín Caparrós es más cauteloso en esta operación, pues no se olvida de Carlos Fernández, que se está ganando en Riazor ser la alternativa hispalense en ataque para la próxima temporada. En el club gusta y mucho Munir. El delantero culé encaja en los planes de Caparrós: cedido, con minutos y conocedor de La Liga. Nadie duda de que Pablo Machín se ha portado bien este año por lo que podría haber sorpresa. La incorporación de un medio centro ofensivo que de aire al polivalente Pablo Sarabia sería la guinda invernal. La temporada de la nave sevillista está siendo de notable, pero quizás, si los Reyes cumplen los deseos del técnico soriano, las vistas rojiblancas pueden ser aún más altas.