Abultada y dura derrota la que sufrió el Sevilla de Eduardo Berizzo acompañado del frío de Rusia. El Spartak de Moscú, le sacó los colores a los hispalenses pues le metió nada menos que cinco goles ante una defensa sevillista para olvidar, pues los zagueros nervionenses no consiguieron dar ni una y mucho menos aún un Sergio Rico que no paró nada. Cierto es que la jugada clave que tuvo Ben Yedder podría haber sido el 1-2, pero tras fallarla el Sevilla solo firmó su sentencia de perder de una manera humillante.
El Spartak no perdonó
Cierto es que el Sevilla comenzó dominando el partido, pero tras un primer córner favorable para los de Berizzo a los 18 minutos de encuentro llegó el primer gol del equipo ruso. El jugador Eschenko se vio claramente favorecido por un balón rebotado en Lenglet, que aprovechó la contra para realizar un centro en busca de Promes, el cual consiguió meter la cabeza para anotar el primer gol de los rusos ante la mirada de Sergio Rico, que se quedó vendido en el gol. Escudero no supo parar a Eschenko y luego Promes le ganó la partida a Kjaer, que no consiguió despejar el balón.
De nuevo el Spartak demostró que ellos no perdonaban las que tenían y de nuevo Promes ponía un balón en profundidad para que Melgarejo anotara. El jugador tampoco perdonó, sobretodo cuando ningún defensa sevillista cortó el pase o cubría al propio Melgarejo, le dejaron rematar a placer. Sergio Rico se tiró intentando parar el balón pero fue inútil, el balón entró rozando el palo.
El tercer gol de los rusos fue más de lo mismo, ya que de nuevo un centro mordido al área servía para que Glushakov le pegara de primeras con la zurda y el balón de nuevo entrase por el palo derecho de Sergio Rico, quien de nuevo no consiguió atrapar el tiro. De nuevo la defensa sevillista se quedó mirando, nadie cubría al jugador que acababa de anotar el tercer gol para el Spartak de Moscú.
El cuarto y el quinto fueron la humillación
El Sevilla no espabilaba y de nuevo el conjunto ruso demostró que si podían meterle una manita al equipo hispalense, lo harían. De nuevo una rápida contra de Promes, al que no consiguió parar Gabriel Mercado (de nuevo en el lateral derecho), colocó un buen pase al hueco que ni Kjaer ni Lenglet consiguieron cortar, ni ninguno de los dos cubrió a Luiz Adriano, quien dejó a Sergio Rico tirado para poder marcar el cuarto prácticamente a portería vacía.
Ya por último, el quinto y definitivo gol. Promes, quien había mareado a toda la defensa sevillista con sus centros y sus rápidas contras, se marchó de Mercado, le lanzó un caño a Guido Pizarro y se puso a disposición de tirar, algo que hizo y se vio recompensado, pues de nuevo Sergio Rico tampoco paró el tiro ante la atenta mirada, de nuevo, de Lenglet, Kjaer y Escudero. Una noche para olvidar y que deja a la vista de toda Europa que la defensa del Sevilla es un coladero y encima no aprovechan las ocasiones que tienen de cara a portería, es decir, encajan muchos goles y no materializan las opciones que tienen.