Estaba todo cerrado para que Quincy Promes fuese nuevo futbolista del Sevilla en el día de hoy. Su avión tenía previsto aterrizar sobre las siete de la mañana en San Pablo, pero un problema de última hora con el sueldo a percibir del jugador motivó que el futbolista neerlandés cancelase el vuelo pasada la medianoche. Toca para esperar para ver si finalmente Promes recala o no en Nervión.
Negociación cerrada
El acuerdo entre clubes se cerró por una cantidad que rondaba los 21 millones de euros y un contrato de cuatro temporadas para Promes. El Spartak de Moscú aceptó la cantidad del traspaso y esto no ha sido el culpable del contratiempo en la operación. Cierto es que en Rusia se especuló con que el Spartak de Moscú exigía más dinero al Sevilla, pero la situación real no es esa. El problema de fondo es el sueldo del jugador.
El salario de Promes
El medio ruso Sport Express argumenta que el acuerdo al que llegó el futbolista con el Sevilla es distinto al que finalmente iba a firmar el Promes una vez aterrizado en Sevilla. Por ello, quiso dar marcha atrás a su desplazamiento a la capital hispalense y posponerlo hasta que el malentendido en las cifras se aclare. El Sevilla y Promes pactaron una ficha de tres millones de euros por temporada. El holandés supuso que serían netos y no brutos, pasando al primer escalón salarial, pero antes de viajar a Sevilla se dio cuenta de que el club hispalense pretendía pagarlo en bruto, lo cual supondría que el atacante cobraría en el Sevilla incluso menos de los emolumentos que percibe actualmente en el Spartak de Moscú, donde tiene un salario de 3,5 millones de euros anuales.
La operación aún no está rota y Promes mantiene la idea de arribar a la capital andaluza, pero el Sevilla debe dar un paso al frente para aligerar la negociación de un fichaje que ha pasado de viajar para firmar a esperar en Moscú el resultado final de la negociación. La ficha de Promes es el único impedimento para que el holandés aún no haya llegado a Sevilla pese a estar cerrado.