Las crónicas de José Balero, un periodista sincero | Episodio 2

Mientras los que aman el fútbol ven partidos para entender mejor el juego, lograron que nuestro único tema sean los fichajes. Mis colegas son eficaces pero previsibles. Vean un partido del mundial, si elogian de forma constante a algún jugador, es un posible fichaje del Real Madrid. Hace unos años me compré un coche cuando acepté un pequeño “obsequio” por hablar bien de un centrocampista desconocido y por lo tanto barato. Eran mis primeras épocas y aún no había decidido ser el más sincero, pero ahora si, por lo que les confieso mi pecado. El caso es que cada vez que la tocaba yo decía “que maravilla increíble y gloriosa, está llamado a ser un grande”. En eso no me equivoqué, en cuanto lo compraron engordó y se puso enorme. Pero yo había hecho mi parte y su representante me facilitó los contactos (y el dinero) para tener ese automóvil que yo tanto quería. Luego lo vendí y doné el dinero. Voy en bicicleta, pero eso es otra historia. Para mantener el coche y pagar el seguro y la cochera, etc, iba a tener que elogiar hasta el recogepelotas. Pero les decía, cada vez que hablaban de Hazard o Mbapé, yo decía, bueno, ya sé con quienes están hablando. Pero centrémonos en lo nuestro. De Madrid sugieren el fichaje de un jugador gracioso, dicen que sería funcional al sistema uno simpático, que sepa chistes. Descartamos a Jesús Navas para ese rol. Pero nos viene bien si habla con la “z” o también insinúan que tenga acento del norte, en especial vasco. Aprovecharíamos el tirón de “Allí abajo”. De cara a los derbis, incluso europeos, harán informes, vis a vis, competencias de futbolín y por supuesto concursos de chistes. Vamos, que mientras no hablemos de fútbol les viene bien cualquier cosa. Hablando de fútbol. Vamos a ganar la “supercopa”, no tanto por méritos nuestros sino porque van a querer taparnos la boca por lo de Tánger. Ese es mi pronóstico, ahora que lo dije se moverán algunos hilos para impedirlo y tratar de desacreditarme. Ellos quieren que sigamos moviendo el mercado. No Gaby Mercado, que tampoco se mueve mucho, sino el de los fichajes. El que logra que todos los años miremos a nuestro equipo como si fuera una nueva edición  de “Gran Hermano VIP”. 14 personajes que te suenan de algún lado pero no recuerdas de dónde, que no se conocen entre ellos y que se echarán la culpa unos a otros de las cosas malas, y cuando alguno nos caiga bien seguramente lo saquen, y llegue a la final alguno que más allá de sus habilidades, haya logrado equivocarse lo menos posible. Eso es el fútbol moderno. Un lugar cerrado, sin lugar para el error, ni para la gloria.