Las aventuras de Juan Macana, mucho más que un Palangana | Episodio 19

Esto se termina. Mis aventuras llegan a su fin por este año. Y estoy por cumplir mis objetivos. Cuando jugamos frente a la Real y volví a vernos animados, sin motivo porque le equipo era casi el mismo, pero volvió algo nuestro, Caparrós recuperó eso, mirar a los ojos a los futbolistas, tocarlos, abrazarlos como lo que son, muchachos que se vieron en un Estadio enorme con una afición exigente y que quizás había perdido la humildad. Tipos jóvenes con una camiseta que no lograron entender, que nadie les explicó. Y una afición con mucho oportunista. Por suerte muchos no estaban, no están los que se van antes de que terminen los encuentros, los que solo saben gritar goles, los que no aceptan las derrotas, los que pitan a su propio equipo. En eso nos habían convertido. Ese tipo de afición que estaba todo el rato quejándose, de que se aburría, de que no goleaban, de que no eran intensos. El único momento rescatable era el minuto de Antonio Puerta. Una puerta a la gloria, al verdadero fútbol. Ese minuto que emocionaba a las aficiones que nos visitaban, incluso aplaudida por ellos, era mi esperanza de que esto tenía retorno. Era mi Puerta al futuro, al tipo de afición que quiero para mi Sevilla FC. Pero duraba un minuto. El resto era una masa quejosa, exitista y muy conformista. Cuya ambición era salir cuartos, ganar algo de rebote y por supuesto comprar jugadores baratos y venderlos caros. Duró demasiado esta pesadilla y aún estamos por descubrir lo caro que nos salió. Quizás los dueños de nuestro equipo ya no seamos nosotros, pero ahora podemos soñar con recuperarlo del todo. Y sueño con que ese sea el detonante para que nuestra liga deje de ser la menos competitiva del mundo, la que siempre ganan los mismo dos equipos. Esos dos equipos de los cuales los medios hablan día y noche, ninguneándonos de forma continua, poniéndonos zanahorias. Burlándose de nuestro acento. Dejándonos el rol de “graciosos”. ¿Saben lo que les digo? Que si quieren payasos que vayan al circo, el Derbi es nuestro, les invito con toda convicción a negarse a hablar para los medios de Madrid y si lo hacemos evitar el tonito ese gracioso, la guasa, la “gracia que no se puede aguantar”. El año que viene cuando le disputemos su liga y nos den caña y hablan mal todo el día, y nos roben los árbitros y nos burlen en sus programas de Tv y nos miren con desprecio y miedo, estaremos orgullosos de haber cambiado esta situación. Confíen en este loco, y estén listos para el último capitulo.