Éver Banega jugó frente al FC Barcelona el pasado domingo, su último partido con la elástica del Sevilla FC para poner rumbo al Inter de Milán.
Al son y a la batuta de Éver, el Sevilla FC ha jugado durante estas dos últimas temporadas. Una sinfonía de pases y una visión de juego al alcance de muy pocos futbolistas. Cuando llegó a la capital hispalense, todos conocíamos sus virtudes futbolísticas, pero muchos también sabíamos de su vida fuera de los terrenos de juego.
Un jugador que fue pedido expresamente por Unai Emery, que sabía como sacarle su máximo rendimiento y de hecho lo sacó. Ese mismo año también aterrizaba un joven Denis Suárez, jugador con muchas ganas de triunfar y que en un principio, partía de inicio en los encuentros, hasta que el ‘mago’ Éver comenzó a sacar conejos de su chistera a base de compromiso, asistencias, goles y buen juego.
Banega ha sido uno de los fichajes que más me ha sorprendido, sabía al igual que muchos de su calidad, pero dudaba de su compromiso, sin embargo, nos ha sorprendido gratamente, siendo uno de los jugadores que más kilómetros hacía cada partido y como dijo este lunes en la celebración de la quinta Europa League, ‘me dejé la piel durante estas dos temporadas’.
Estoy seguro de que Emery ha sido uno de los grandes culpables del éxito de Banega en el equipo de Nervión, ya lo tuvo en el Valencia, y con Emery en el banquillo, se vio la mejor versión de Banega en el conjunto ché. Unai sabía como era Éver y Éver sabía como era Unai, y con la ayuda de sus compañeros y familia, la explosión futbolística de Éver Banega fue cuestión de semanas.
Actor principal en la consecución de las últimas dos Europa Leagues, haciendo olvidar a Iván Rakitic. A través de sus asistencias facilitó el trabajo de sus compañeros de arriba y a través de su compromiso defensivo facilitó el trabajo de sus compañeros de corte defensivo. En resumen, Banega en el Sevilla FC demostró el futbolista que es, un jugador top.
El último partido que vistió la camiseta del Sevilla, fue este pasado domingo en la final de Copa del Rey frente al FC Barcelona. En él, Éver fue expulsado en una jugada en la que Neymar se disponía a encarar solo la portería sevillista, Banega le hizo falta y por ser último hombre fue expulsado, una pena que se despidiera de esa manera, aunque era eso, o muy posible gol del Barça que no daría opción a jugar la prórroga.
En la celebración del pasado Lunes, no pudo contener las lágrimas al coger el micrófono, y no fue para cantar el famoso ‘me paso la semana fumando en el barrio’ como hizo el año pasado, sino para agradecer a la afición el cariño que recibió durante estas dos temporadas.
Éver Banega se va por dinero, es así, pero siempre recordaremos esos pases y regates para sacar el balón jugado, únicos del argentino. En el Inter coincidirá con otros futbolistas que vistieron la camiseta del Sevilla, como Medel y Kondogbia. Difícil tarea que tiene Monchi por delante para hacer olvidar al bueno de Éver.