Era una empresa muy difícil pero el Sevilla intentó la remontada y estuvo cerca de conseguirlo. Quizá, enarbolando la bandera de la razón, pocos sevillistas creían que el equipo sería capaz de pasar la eliminatoria ante el Real Madrid, después del 3-0 encajado en el Bernabéu. Sobre todo, una vez conocida la lista de convocados en la que el entrenador sevillista Jorge Sampaoli dejó fuera a hombres tan importantes como N’Zonzi, Mariano y Franco Vázquez, pensando en el enfrentamiento de Liga del próximo domingo ante los blancos, y más aun, tras conocer el once titular plagado de suplentes.
Pero, lo cierto es que el Sevilla salió desde el primer minuto a buscar el partido, como había dicho el técnico argentino en la rueda de prensa previa al choque, y convencido de que la remontada era posible. En la primera jugada del partido, ya realizó un tiro a puerta, de Correa, aunque sin demasiado peligro para Casilla, pero era una señal de lo que iba a ser la noche en el Ramón Sánchez Pizjuán.
Ataque total
Los hombres de Sampaoli dieron toda una exhibición de ataque y juego ofensivo. No había centro del campo, parecía como si los jugadores se hubiesen olvidado del juego de posesión y maduración de las jugadas que viene caracterizando al equipo y fuesen como locos a buscar el área madridista. Sólo Kranevitter intentaba sostener al equipo en el centro del campo, mientras Iborra se erigía como un delantero más, aprovechando su envergadura, para fijar a los centrales y crear problemas a la zaga del Madrid, para que se beneficiaran de ello Ben Yedder, Correa y Vietto, con sus movimientos. En las bandas, Escudero por la izquierda y Sarabia por la derecha fueron un quebradero de cabeza para Danilo y Marcelo, respectivamente, penetrando una y otra vez. Tanto despliegue ofensivo dejaba espacios atrás que a punto estuvo de aprovechar el conjunto visitante, a través de Lucas Vázquez, Mariano y Asensio.
Sampaoli ve posible la remontada
Ya lo dijo en la vigilia del partido, acerca de si veía posible o no dar la vuelta a la eliminatoria, y el entrenador sevillista apuntó que podía ser optimista y creer que sí, ser pesimista y creer que no o también podía ser realista y esperar a ver cómo se desarrolla el encuentro. Y así fue. A medida que iban pasando los minutos y veía que el Sevilla era capaz de meter a todo un Real Madrid en su campo y crear infinidad de ocasiones de gol, Sampaoli empezó a meter la artillería pesada en la segunda parte. Primero dio entrada a Jovetic justo antes de llegar al descanso, sustituyendo a Correa, que pidió el cambio por un golpe fuerte en el tobillo. En la segunda parte, entró Nasri por Vietto para poner un poco de orden y canalizar mejor el juego del equipo y, por último, metió a Vitolo por Mercado para imprimir más velocidad y fuerza. El Sevilla iba con todo a por la remontada. Tan sólo dos defensas permanecían en la retaguardia, el resto era todo ataque. No había táctica, ni dibujo en el campo, el objetivo era llegar a la portería rival y marcar. Un fútbol que recordaba al de tiempos pretéritos.
Kiko Casilla, héroe del Madrid
Cuando el mejor jugador, con diferencia, es el portero, es señal de que su equipo no lo ha pasabo bien. Fue el caso del Real Madrid anoche, que sufrió las embestidas del Sevilla una y otra vez. Hasta quince ocasiones de gol creó el cuadro de Sampaoli pero, en muchas de ellas, se topó con el cancerbero merengue que, de no haber sido por su brillante actuación, probablemente el resultado habría sido bien distinto.
El Madrid sentencia y el Sevilla se va con la cabeza muy alta
Tanto juego ofensivo puede tener consecuencias letales, como así ocurrió. El conjunto blanco, ayer de morado, asestó un duro golpe al Sevilla mediante un contragolpe perfecto que Asensio se encargó de convertir en gol. Aun así, el equipo nervionense siguió buscando la portería rival, dejándose el alma en el césped del Sánchez Pizjuán, quizá llevado en volandas por la afición que, una vez más, no paró de animar a su equipo. Zidane introdujo a Kovacic y Carvajal para tratar de detener el ataque sevillista y, por momentos, parecía conseguirlo, hasta que los gladiadores locales volvían a empuñar sus armas para atacar de nuevo. Con el 3-1 en el marcador y faltando todavía quince minutos para el final, Benzema fulminó con un gran gol cualquier opción que pudiera tener el Sevilla. Ya no había nada que hacer, la eliminatoria llegaba a su fin y el Sevilla se marchaba de la Copa del Rey con la cabeza muy alta.
Debut de Lenglet y Jovetic
El partido de anoche sirvió también para ver las dos nuevas incorporaciones del Sevilla, Lenglet y Jovetic y, en ambos casos, las sensaciones fueron muy positivas, como reconoció el propio entrenador argentino tras el encuentro. El francés salió de inicio y cuajó una buena actuación, se mostró seguro y contundente en varios lances del choque y se asoció con sus compañeros como si llevara más tiempo en Nervión. Por su parte, Jovetic pudo jugar toda la segunda parte, estuvo muy participativo, con ganas de demostrar que tiene mucho fútbol en sus botas y marcó el segundo gol para el equipo con una bella ejecución de volea.