Ya se va aclarando cuándo se jugará el derbi. El jueves 11 o el viernes 12 de junio, el Sevilla FC se enfrentará al Real Betis Balompié con unas gradas desiertas de público, y quién sabe si repletas de nuestros retratos al estilo Bundesliga. Nuestros jugadores dicen tener metida esa fecha entre ceja y ceja, se encuentran al máximo de motivación.
El deporte rey inicia su desescalada progresiva, por tanto, con un plato fuerte, con un partido de máxima rivalidad que no es casualidad que haya sido designado para retomar la competición. En dos semanas largas podremos volver a presenciar un partido de fútbol en España. LaLiga reiniciará su andadura con un clásico entre Sevilla FC y Betis que, Despeñaperros arriba, podría calificarse de pintoresco. Muy pronto, estén permitidos o no los viajes interprovinciales, asistiremos al desembarco en la ciudad de la caverna mediática de la capital del coronavirus, provincia en Fase 1 de desescalada, la misma que otras andaluzas con la décima parte de muertos y ayunas de imágenes esperpénticas como las que hemos presenciado a través de las cadenas de televisión de la Ciudad- Estado disfrazada de España, para la que el resto de territorios no somos más que colonias por saquear. ¿Se imaginan una Andalucía independiente, a salvo de la depredación? Pues eso.
Pronto acudirán, físicamente o a través de guiones de entrevistas redactadas en el epicentro nacional de la pandemia, plumillas con el mandato de reverdecer y actualizar el mito con el que nos representan allende las mesetas, una leyenda conformada por personajes grotescos, mamarrachos de chiste fácil y que tantos indígenas están deseosos de interpretar con tal de atesorar un minuto de gloria ante las cámaras. Es una verdadera lástima que todavía la mujer carezca del peso específico suficiente en el fútbol y no se les ocurra hacer esto, pero no descarten que algún periodista progre pretenda incorporar una versión balompédica de la leyenda de Carmen la Cigarrera a la extensa colección de sambenitos que nos han colocado en la ciudad de la vicepresidenta Montero, en la comunidad que dio origen a Tartessos, en la que nunca penetró la oscuridad de la Edad Media y la que dio el habla, el acento y sus primeros pobladores europeos a medio mundo. Pues eso también.
Sigue quedando en el aire qué papel jugaremos en el derbi los aficionados. Después de darle muchas vueltas al tema, Jul y Gan desean proponer a Pedro Sánchez y a su gobierno la enésima orden ministerial. Una que pudiera regular lo que se permita que suceda en el interior del estadio. Siendo justos, si el Sevilla FC pretende llenar de fotos con nuestras caras el estadio, sería bueno que la grada visitante pudiera hacerlo con los suyos. Como estos encuentros siempre se califican de alto riesgo, también aconsejan llenar de cartelería de policías y vigilantes jurados el estadio, porra en mano, si fuera posible. Que se tirara de grabaciones de ánimo de acuerdo al devenir del partido. Partiendo del innegociable Antonio Puerta tralará, tralará del minuto 16, sugeriría ensordecedores gritos de Gooool cuando perforemos la portería rival, así como murmullos inquietantes en caso contrario. Si la actuación del árbitro fuera muy anticasera, prepararía diversas soflamas como Árbitro ca…, Tebas vete ya e incluso, si somos honestos, críticas a Pepecastro. Siempre, por supuesto, emitidas desde los carteles de Gol Norte. Si hacemos justicia a la diferencia de nivel de plantillas y goleamos, guardaría en la recámara aquello de Joaquín cuéntame un chiste. No utilizaría eso de A segunda, a segunda, porque lo considero de mal gusto y ante todo debemos ser deportivos. Ah, y no olviden el Bella Ciao ni la bandera andaluza con la estrella de cinco puntas que todos sabemos dónde se sitúa siempre.
Dicho esto, organizado el interior del estadio, queda una cuestión no menor: ¿y de puertas afuera, qué hacemos? Porque todo lo anterior está muy bien, pero no nos tendría como protagonistas. Habría que hacer algo de lo que nos sintiéramos partícipes y que nos permitiera también regresar a nuestros domicilios para escuchar mejor que nunca el pitido inicial del partido. Y en esto que llegaron los autopatriotas y dieron la idea a Jul y Gan. Si es que son unos monstruos. Jul y Gan, no.
¡Eureka!, gritaron al unísono al presenciar la maifestación autopatriota. ¡Una caravana sevillista que recorra Nervión horas antes del partido! Sí, esa es la solución. Mejor con automóviles con aire acondicionado. Descapotables, no. No serían aconsejables, tampoco coches de caballos ni ganado equino, porque al no haberse celebrado la Feria no han podido realizar la pretemporada, y el lorenzo ya sabemos cómo está pegando ahora. Automóviles con banderas del Sevilla FC adheridas a los techos y coronadas por la enseña nacional, para evitar que la policía actúe y nos permita de esta forma campar a nuestras anchas. Discutimos si daría tiempo a pedir prestadas las carrozas de la cabalgata al Ateneo, y así poder hacer una del “orgullo sevillista”, ahí lo dejamos. Y todos, todos, absolutamente todos, con nuestras mascarillas rojiblancas de Nike, que deberían estar cuanto antes en las tiendas oficiales. También nuestros patrocinadores deben apretarse los machos en la tarea. Necesitamos a los chicos de Trump en el proyecto, pero rogamos se abstengan de venir con inyecciones de lejía.
Es hora de ponernos manos a la obra. No podemos perder más tiempo. Hoy comienza nuestra pretemporada como aficionados. Si los futbolistas tienen la fecha del 12 de junio grabada a fuego, nosotros, los incondicionales, sevillistas de pro, también deberíamos tenerla. Hay que preparar bien el derbi con el mimo que merece. Y cuanto antes, que las fechas se nos vienen encima. ¿Capisci? Pues eso.