Bacca, Rakitic, Aspas, Iborra, Banega y Llorente. Todos tienen en común, además de haber vestido la misma camiseta, haber marcado al Real Madrid. Y claro que sí, todos ellos como jugadores sevillistas.
Al repasar las batallas disputadas entre el Sevilla Fútbol Club y el Real Madrid en las tres últimas temporadas, caemos rápidamente en la cuenta de que en esta lista no aparece Kevin Gameiro. ¿Qué le ocurre a Gameiro en las botas cuando se enfrenta a los de Zidane? ¿Por qué el fastuoso goleador francés no es capaz de sumar ningún tanto al marcador? ¿Se le resiste la portería madridista al delantero?
Podríamos seguir cuestionándonos este enigma. Muchas son las preguntas, pero la realidad es que el nueve del Sevilla FC no ha marcado en Liga al Real Madrid en ninguna de sus temporadas desde que fichase en el año 2013 por el equipo de Nervión. Parece increíble y poco razonable que un jugador de la talla de Gameiro, que se ha superado en cada encuentro, no sume goles a los blancos.
En la temporada 2013-14, anotaron en Liga cinco goles al Real Madrid, ninguno de ellos del francés. En la jornada 11 (perdiendo fuera de casa 7-3) fueron Bacca y Rakitic quienes sumaron al marcador; y en la jornada 30 (ganando el encuentro 2-1), anotó Bacca. Podemos justificarlo con esto de que “la sombra de Bacca acechaba a Gameiro” y que por eso no estaba al cien por cien, pero esto solo son posibles hipótesis.
Otra temporada y otra posible ocasión. Pero el galo tampoco anotó ninguno de los tres goles que, en los dos partidos disputados, el Sevilla FC le encajó al Madrid.
Y es que, no hay que irse muy lejos, en el último encuentro ante el equipo blanco de la capital española, saltó al césped en el once inicial. El sevillista lo hizo con una notable carencia de fuerza y rapidez en el juego, un Gameiro desesperado al que las cosas no le estaban saliendo bien del todo. Pero la tuvo. Tuvo la oportunidad de oro para anotar el gol que podría haber marcado otro rumbo al partido. Oportunidad de encajar esa pequeña pieza que le falta a su puzle de goleador. Oportunidad de marcar el primer y esperado gol. Y ahí estaba. Penalti a favor. Se colocó frente al balón, muy cerca de éste. Punto de penalti. Frente a frente con Keylor Navas. Se paró el tiempo para el francés en el Bernabéu. Era su momento. Disparó cruzado, a su izquierda. Pero no, no pudo ser. Ahí estaba de nuevo la mala suerte, o la no fortuna, como lo queráis llamar. El gol no está, de momento, para el de Nervión. El balón se topó con un muro de hormigón que no dejó cruzar la línea de meta.
No fue esta la única ocasión que tuvo, en el minuto 26 de la segunda mitad, Kevin Gameiro sí lo hizo, sí marcó. Fue entonces cuando, por decisión arbitral, el gol del delantero no subió al marcador sevillista. El francés no consigue acabar con esta «maldición”, y tampoco consigue su mejor versión ante el Real Madrid. Su falta de seguridad fuera de casa no le permitió exhibirse como el extraordinario goleador que ha demostrado ser.