El Sevilla dominó el partido de cabo a rabo y las ocasiones dejaron constancia de ello. Clave para esto fue el esquema que Mourinho propuso, dejando libertad al equipo rojiblanco. Pero esta libertad fue aún mayor gracias a dos jugadores en especial: Ever Banega y Steven N’Zonzi. El doble pivote que ha creado Montella es más que efectivo. El mediocentro del Manchester United se vio claramente superado por el local. La lesión de Herrera, pese a ser temprana, parecía que iba a decantar un poco el encuentro a favor de los visitantes con la entrada de Pogba. Pero el francés se vio muy superado por su compatriota N’Zonzi, quien se convirtió de nuevo en ese gigante del centro del campo que los sevillistas necesitan en los días grandes.
La trampa de Mourinho
El entrenador portugués es conocido por estudiar al rival a fondo. Y así se vio reflejado con el Sevilla. Colocó a McTominy, jugador del filial, en el centro del campo en vez de salir con Pogba de inicio para frenar a Banega. Pero el partido le quedó grande al joven jugador y Banega, con la ayuda de Vázquez, supo zafarse de él fácilmente. Que el canterano del Manchester no saliera con una tarjeta amarilla del encuentro fue muy criticado por parte de la grada, que vio cómo el jugador cometió faltas impunemente para intentar parar al argentino.
Sin embargo el partido del argentino fue sublime y nada pudo pararlo. 14 balones recuperados por 26 perdidos que N’Zonzi estaba ahí para defender. Y es que el tándem que Montella ha creado en el centro del campo es clave en el juego del Sevilla. Banega es el motor del equipo y su papel es fundamental en todos los partidos. Cuando falta, su ausencia es la más sonada en el once rojiblanco. Su visión de juego, sobretodo si es acompañado de Vázquez, es clave en los puntos álgidos del partido.
Una de cal y otra de arena
La titularidad de estos dos jugadores es clave para el técnico italiano. Banega es el encargado de sacar los balones que N’Zonzi recupera y el francés es el encargado de cubrir la espalda a su compañero cuando intenta sacar la bola. Pero la superioridad que el centro del campo proporcionó se vio truncada por la falta de puntería del conjunto hispalense. El mal día de los de arriba de cara a puerta ensució un poco la imagen de los centrocampistas. Y es que la superioridad que el Sevilla demostró a lo largo del encuentro comenzó en las botas del doble pivote.