El Sevilla perdió una oportunidad para seguir enganchado a la tercera plaza. El Málaga de Míchel venció por 4-2 al Sevilla de Sampaoli. El partido estuvo parejo durante todo el choque pero la balanza se desequilibró al final del mismo. Los datos no reflejaron lo visto en el marcador y el reparto de puntos hubiese sido lo más justo, aunque fue la efectividad malacitana la que decantó el partido. Los nervionenses fueron superiores en la posesión (41% – 59%) y el Málaga acentuó las ocasiones de gol (5 -4), primando la efectividad. No siempre la mejor defensa es con el balón.
Transiciones sin profundidad
Exceptuando los dos goles sevillistas, los visitantes gozaron de un juego poco vertical. El Sevilla realizó 597 pases donde 374 fueron acertados. Muchos de ellos protagonizaron jugadas horizontales y esto hizo que el Sevilla tuviese pocas oportunidades de cara a gol. El Málaga apostó por un juego más directo. Su marca fue de 453 pases de los cuales 230 terminaron en un compañero.
Juego muy parado
El trascurso del partido se vio afectado por las continuas interrupciones y faltas. El Málaga cometió 15 faltas y el Sevilla 18. De ellas, los malacitanos vieron 3 tarjetas amarillas y el Sevilla 5. Dos de ellas, a Camacho y a Correa, fueron mostradas por encararse durante el partido. La poca fluidez en el choque hizo que el Sevilla se viese perjudicado, así como la permisividad por parte del colegiado a lo largo del partido. Muchas faltas y poco castigo para ellas.
Pérdidas de balón
Si bien el Sevilla tuvo la posesión del baló, también acusó muchas pérdidas del cuero. Gran parte de ellas fue intentando atravesar la defensa blanquiazul. El Málaga realizó 80 pérdidas de balón y 75 recuperaciones, el Sevilla, 83 pérdidas y 80 recuperaciones. Los nervionenses deberán seguir mejorando este aspecto para amarrar los partidos.
Cara y cruz
Sergio Rico tuvo una de cal y otra de arena en el último gol de partido. El penalti señalado de Pareja sobre Sandro iba a suponer el 4-2 final. El meta rojiblanco realizó su primera parada desde los once metros desde que milita en la Primera División. Hasta la fecha, Sergio Rico se había enfrentado a 9 lanzamientos de penalti. El de anoche fue el décimo. Había encajado 8 goles, y tan solo uno no supuso el gol, porque el balón se marchó desviado (Cristiano Ronaldo). A pesar de repeler el penalti de Sandro, Juankar aprovechó el rechace. Este dato serviría para romper una racha negativa en los penaltis. Desde el 15 de diciembre de 2013, un arquero sevillista no atajaba un penalti, el portero era Beto y el lanzador fue Susaeta.
Los de Sampaoli se desinflaron por momentos en La Rosaleda. Tuvo ocasiones claras para llevarse los tres puntos pero no pudieron transformarlas. La efectividad fue clave y el Sevilla no pudo contrarrestarla.