Primer paso dado de los diez que faltaban en el último tramo de LaLiga Santander y la sonrisa que esboza el sevillismo no puede ser mayor. Ahí está el Sevilla FC consolidado en la cuarta plaza con una distancia de 12 puntos respecto al quinto a día de hoy, que podría verse reducida a 10 si la Real Sociedad venciera mañana en su partido pendiente. Como para no reír a mandíbula batiente y ver el futuro con esperanza a falta de disputar sólo 27 puntos.
El triunfo del domingo ante el Atlético de Madrid une a lo cuantitativo de sumar tres puntos que permiten mantener tan trascendente ventaja, la importancia cualitativa de haber demostrado una superioridad aplastante sobre un miembro del triunvirato poderoso del fútbol nacional, precisamente una de las asignaturas pendientes del Sevilla FC de JLo. Hasta ahora, los enfrentamientos contra las multinacionales habían concluido en fracasos que socavaban el ánimo del aficionado deseoso de emular los hitos establecidos por el equipo que hace una década dirigía Juande Ramos, aquel que fue proclamado por dos veces como mejor equipo del mundo. Aquel Sevilla que vapuleó al FC Barcelona de Ronaldinho, Messi, Eto’o, Xavi, Iniesta, etc en una mítica final de la Supercopa de Europa; aquel que aniquiló al Real Madrid en el Bernabéu en una inolvidable final de la Supercopa de España; aquel que peleó hasta el último partido liguero por la primera plaza en una temporada en la que los tres candidatos al título por nombre y presupuesto salieron derrotados del Sánchez-Pizjuán.
A ese Sevilla FC es al que los aficionados queremos que se parezca la escuadra de JLo, de ahí que nuestra esperanza se centre ahora en confiar en que nuestro actual entrenador tome conciencia de que cuenta tanto con habilidades propias como con mimbres en el vestuario para plantarle cara a cualquier rival en cualquier campo. Dentro de un mes y cuando falten cuatro jornadas para la conclusión del campeonato, será el momento de la visita a la ciudad deportiva merengue; una cita que el técnico sevillista tiene subrayada en rojo en su agenda por mor de su reciente pasado. Será entonces el momento de ratificar lo que la victoria del domingo ha dejado esbozado: que el Sevilla FC es capaz de hacer que su rival deambule por el campo como infantiles mientras que los futbolistas que lucen su camiseta componen una fabulosa sinfonía futbolística.
En ninguno de los noventaytantos minutos de partido se temió por el resultado puesto que se tenía cortocircuitado cualquier atisbo de dinamismo atlético y se enlazaba un dominio futbolístico incontestable. Sólo quedaba la sombra de la duda provocada por la única gran diferencia existente entre los dos conjuntos: la delantera. Mientras que en el bando de Simeone estaba un crack mundial capaz de fabricarse él solo un gol de cualquier balón que le llegara aunque fuera en lamentables condiciones, el conjunto de JLo plasmaba su verdadera realidad: necesita hilar una tras otra las ocasiones para materializar un único tanto en el marcador. Para fortuna sevillista, el último ataque atlético tuvo como elaborador de la jugada a Luis Suárez y como rematador a Correa, puesto que, en caso de que se hubieran intercambiado los roles, a buen seguro que ahora estaríamos lamentando la injusticia del fútbol por haber materializado el rival la única ocasión que tuvo. Menos mal que Correa no es Suárez y, por supuesto, que Bono tuvo así menos dificultad para cumplir con su función magníficamente, como siempre.
Lo de la delantera del Sevilla FC actual es otro nivel, inferior desde luego. Nadie puede atreverse a considerar que En-Nesyri, De Jong y Ocampos sean malos futbolistas, ni mucho menos. Lo que habría que dilucidar es si tienen nivel para aprovechar el aluvión de fútbol que genera el actual cuarto clasificado de la Liga española que tiene pretensiones de instalarse por siempre jamás, no ya como cuarto en discordia, sino como uno de los cuatro primeros sin aceptar que se le asigne ninguna de esas posiciones de antemano. No juguemos a fútbol-ficción pero que levante la mano el sevillista que no crea que con Luis Fabiano, Kanouté, Bacca o incluso Gameiro el Sevilla FC estaría esta temporada mucho más cerca de la cima de la tabla que los ocho puntos que hoy le separan.
Sin duda que nuestros actuales delanteros serán recordados con agrado por el sevillismo por su contribución a lograr el preciado éxito de la consecución de plaza Champions en dos temporadas consecutivas, amén de una UEL, pero ello no impedirá que se tengan también presentes las numerosas carencias que tienen en su fútbol para alcanzar las cotas superiores que se están persiguiendo. Aunque cualificadas voces de la entidad auguran pocas operaciones en el mercado de fichajes veraniego, se hace raro pensar que el tridente mencionado vaya a continuar la próxima campaña si se quiere consolidar el privilegiado estatus actual, e incluso mejorarlo. Entre plusvalías anheladas y ventas convenientes, se puede prever que de los tres permanecerá uno. O ninguno.