La sexta posición alcanzada por el Sevilla con la liga ya acabada deja cierto sabor a decepción entre los aficionados nervionenses. Tras haber sido el equipo que más tiempo ha ocupado la cuarta plaza, una segunda vuelta nefasta ha tirado por tierra las ilusiones de los seguidores y el objetivo del club de participar en la próxima edición de la Champions. Y es que en esta ocasión, ni siquiera la suerte se ha aliado con el club hispalense, que lamenta no haber conseguido al menos una victoria más.
Si hubiera entrado
Si doloroso resulta saber que la plaza Champions se te escapa debido a una actitud indolente y la ineptitud pertinaz de algunos miembros, más doloroso resulta aún observar que no todo podría haber salido tan mal. En efecto, incluso con las pésimas actuaciones del Sevilla en numerosas ocasiones de la segunda vuelta, la Champions podría haber llegado… pero dio al palo. Y es que, según las últimas estadística de la temporada 18/19 (Fran Martinez/@LaLigaenDirecto), si los balones que el Sevilla ha enviado al palo hubieran entrado, los de Nervión habrían quedado como tercer clasificado. Sesenta y seis puntos que distan mucho de los cincuenta y nueve alcanzados, sesenta y seis puntos que no solo la falta de suerte perdió.
Con estos datos en la mano quizá alguno podría sentirse menos culpable de la falta de profesionalidad, pero lo cierto es que ni el palo salva (el fútbol no es un «rápido»). Sí, es cierto que si los palos hubieran entrado el Sevilla también lo habría hecho en la Champions… lo mismo que si le hubiese ganado al Leganés, a los siete equipos en descenso contra los que ha perdido, al Getafe y al Valencia en algún momento de la temporada, etc… Como diría aquel, datos, que por interesantes que puedan resultar, no dejan de quedarse en la anécdota. Y es que cuando quieres codearte entre campeones el palo no puede ser un límite, sino el aviso de peligro.