Las últimas cuatro temporadas vividas por el sevillismo han sido maravillosas. Incluso la última, en la que no se consiguió ningún título, el conjunto hispalense logró el cuarto puesto tras estar luchando el liderato. El mandato de Pepe Castro durante estas cuatro temporadas ha sido en general bastante positivo. Al menos, en lo que a la faceta deportiva se refiere, ya que son varias las taras que se le achacan.
La relación con la afición, rota
Hay varias logros que poseen un mérito sensacional. Mantener un equipo que consiga tres Europa Leagues en tres años consecutivos es algo asombroso e incluso teniendo varias salidas de jugadores importantes. En el plano económico, las ventas por los grandes futbolistas se han dado por altas cifras en comparación con el precio inicial y con sustitutos (en general) de garantías. Incluso al pasar de Unai Emery a Sampaoli, dos entrenadores con modelos muy diferentes, la gestión ha sido óptima.
Sin embargo, existe un punto donde los fallos han sido un constante. Desde que llegó a la presidencia del Sevilla, Pepe Castro ha tenido varios encontronazos con la afición. El último ocurrió en la tarde de ayer, con una protesta por la polémica nueva campaña de abonos. Ya desde el año pasado, con el asunto Sergio Ramos, el club mostró una postura muy conservadora y en la que señalaba en gran medida a los Biris. Esta temporada que ni siquiera ha comenzado aún, la ruptura parece total.
No solo con los Biris si no también con el resto de la afición. La subida de abonos ha sido comentada por multitud de aficionados, con algunos que incluso dudan de renovarlo. Es una decisión muy delicada por parte del club, ya que este año ni siquiera está garantizada la presencia en Champions League. Por tanto, no se entiende demasiado bien esta subida de precios. Por otra parte, está la presencia de la entrada por huella dactilar en la grada baja de Gol Norte. Es aquí donde muchos aficionados han mostrado su enorme descontento, pues lo consideran una nueva medida contraria a la presencia de Biris Norte en el Sanchez Pizjuán.
Futuro peligroso
Las nuevas camisetas, demasiado simples, o la venta de jugadores cruciales dentro y fuera del campo como Iborra o Vitolo, han terminado también por desequilibrar la balanza. Será necesario observar en los meses venideros las acciones del club para solucionar esta situación. Las actitudes demostradas pueden llevar a un clima complejo en el Sanchez Pizjuán que solo iría en contra del buen hacer del equipo en casa. Sin lugar a dudas, el club necesita tener calma y que todos vayan en la misma dirección.