El Sevilla se impuso con mucha claridad a un Maribor que ofreció una imagen muy pobre sobre el terreno de juego. Con la victoria (3-0), los de Berizzo se aúpan hasta la primera posición del Grupo E de la Champions League.
El resultado fue un fiel reflejo de lo visto en el Sánchez-Pizjuán y no dejó lugar a dudas sobre el nivel de uno y otro equipo. Prueba de ello fueron los 26 remates locales frente a los 9 visitantes (sólo uno de estos a portería), o el dominio del partido sevillista mediante un 68,5% de la posesión.
De menos a más
Y eso que el Sevilla comenzó algo espeso el partido, falto de ritmo y de ocasiones en su primer tramo, hasta que Correa lo desatascó con una gran jugada personal tras superar a cuatro defensores y ceder el gol en bandeja a Ben Yedder, que firmaría un hat-trick. Poco a poco, el Sevilla se fue comiendo al rival (14 córners frente a 4), que ni siquiera en tareas defensivas estuvo a la altura (ni una sola tarjeta amarilla recibieron los eslovenos). Poco antes del descanso llegó el 2-0 tras una media vuelta y asistencia de ‘Mudo’ Vázquez para que de nuevo Ben Yedder definiera frente al meta rival.
Dominio absoluto
El partido estaba resuelto y la segunda mitad se jugó con poca intensidad, guardando fuerzas para la jornada liguera frente al Málaga. Según los estadistas del fútbol, un equipo dominador claro de un partido suele rondar los 600 pases a lo largo del encuentro. Pues bien, el Sevilla alcanzó frente al Maribor los 744, poco más que decir. Todavía daría tiempo al tercer gol, de penalti provocado por un muy incisivo Corchia. El Sevilla coge ritmo, moral y encarrila el pase hacia la siguiente ronda.
Eso sí, sigue pendiente que el conjunto hispalense solvente las dudas de su juego ante rivales de envergadura. El Maribor, desde luego, no ofreció resistencia alguna como para sacar conclusiones de peso.