Esto no acaba aquí

Sección:

Hoy es un gran día para celebrar sevillismo. Nuestro Sevilla Fútbol Club se ha clasificado por méritos propios por segunda vez consecutiva para jugar la Champions League, esa competición que desprecian los que nos preceden en la clasificación. Hoy es un día para estar satisfechos y felices porque en un mundo en el que el dinero lo es casi todo un club modesto, de una ciudad pobre, de una región pobre ha conseguido encaramarse a lo más alto de sus posibilidades. Y lo mejor de todo es que puede seguir soñando. Hoy puede soñar con subir algún peldaño más aunque cada jornada que pasa es más difícil. Pero qué importa. Ya solo toca mirar hacia arriba. Después de vencer al Granada solo resta pensar en el próximo partido, en hacer nuestros deberes y esperar un milagro, esa quimera casi imposible que solo lo es en el fútbol. Victoria a victoria nos hemos ganado el derecho a celebrarlo, pero no queremos hacerlo, porque deseamos más. Y qué gran bien le haríamos al fútbol, y no solo al sevillismo, si nuestro Sevilla Fútbol Club se alzara con el título en un año como este en el que los ricos han decidido que no tienen suficiente con lo que se llevan, con esquilmar año tras año las plantillas de equipos como el nuestro para seguir siendo eso, los ricos y poderosos, los grandes.

El mundo del fútbol ha reaccionado en contra de un proyecto depredador del deporte y de la competición. De lo que queda de competición pura, porque también podríamos discutir si competir de forma tan desigual era competir, pero esa es otra. Los mangantes y magnates del fútbol han pensado en su ignorancia, en su infinita avaricia, que esto es baloncesto u otro deporte, y se equivocan. El fútbol es pueblo porque fue la forma que eligió el pueblo para ganar una batalla a los que siempre la ganan, para obtener alguna satisfacción en un mundo en el que siempre han llevado las de perder. Qué bien lo saben los ingleses, sus inventores, los que nos trajeron el fútbol a todos lados y fundaron los primeros clubes como el Recre o el nuestro, que nace de los trabajadores de la Seville Water Company, la primera empresa que potabilizó el agua de nuestra ciudad. Gracias a ellos, a los habitantes de la Pérfida Albion, como la denominaba aquel gallego que idolatran algunos y que tanto atraso, muerte e ignorancia trajo a este país, un país que salió de la ruina económica pero que aún no ha conseguido superar la ignorancia y la violencia de los ignorantes (algunos con carrera universitaria y con muchos libros publicados).

Qué alegría soñar con el próximo partido del Sevilla Fútbol Club, con derrotar al Athletic de mi amigo Eduardo Cruz y con esperar el milagro en Valdebebas. Aunque solo sea para darnos el gustazo de mandarlos a la mierda.

Hoy es un día para celebrar aunque no queramos hacerlo, aunque soñemos con más. Y también para soñar con otras cosas que probablemente sean mucho más importantes. Por ejemplo, qué bueno sería que quienes se han indignado con lo que han hecho estos tres clubes pensaran que esto es, ni más ni menos, lo que se ha perpetrado en este país contra la gente más humilde en nombre de la libertad, esa palabra tan manida y que quienes siempre la han odiado la utilicen como excusa para hacer lo que les salga de sus genitales. Qué bonito llegaría a ser que quienes se han sentido robados y estafados como aficionados a clubes modestos, pensasen que en eso han consistido las políticas ultraliberales que, en nombre de la libertad de oportunidades, han ensanchado aún más la diferencia entre ricos y pobres y han generado pobreza, exclusión social y otras epidemias. Porque. Por si no lo saben una epidemia no la genera una enfermedad sino la desigualdad.

Estaría muy bien que aquella defensa acérrima por que el deporte que amamos sea competitivo y premie el esfuerzo de quienes luchen con encono, que esa lucha por impedir que unos pocos poderosos sobrevivan a costa de los demás, también la tuviéramos en cuenta cuando fuéramos a votar, que nuestros sufragios evitasen que se esquilme la sociedad y se generen esos guetos de ricos que son tanto la Superliga como los barrios que todos tenemos en mente. Y que, si queremos que todos los clubes sean iguales, que pensásemos que las personas deben tener la oportunidad de serlo también.

Hoy es un día de alegría y de rabia contenida. Hoy deberíamos pensar que esto no acaba aquí, que la lucha no está ganada y que estos volverán a intentarlo, porque para esa casta el dinero es como la sangre para los tiburones, nunca tienen suficiente. Y que para conseguirlo tenemos la fuerza de que somos más, muchos más, pero hay que pararlos. En el fútbol y en la vida, no permitas que unos cuantos nos condenen a la pobreza. Y desconfía de que te inviten al festín. Una vez que te usen, no te permitirán ni mojar en la salsa. A por ellos.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

¿Te gusta La Colina de Nervión? Apóyanos

A partir de solo 1€ puedes apoyar al único periódico que te informa solo y exclusivamente sobre el Sevilla FC. Tu apoyo contribuye a proteger nuestra independencia y nos permitirá poder seguir ofreciendo un periodismo de calidad y abierto para todos los lectores. Cada aportación, sea grande o pequeña, es muy valiosa para nuestro futuro e irá destinada directamente a los componentes de la redacción de La Colina de Nervión.

¡Lo último!

El Sevilla FC ‘espió’ el partido de Mendilibar

El mercado de fichajes del Sevilla FC estará muy sujeto a las ventas. La situación económica del conjunto hispalense...

Antes de irte... mira esto: